29.11.10

TÉCNICAS DE REDUCCIÓN DE TARIFA DEL TAXI.

APLAUSOS DE LOS FANS, POR MI REAPARICIÓN

Lo sé, lo sé, ya tenía muy abandonado este blog… y no hay excusas, es culpa del trabajo y las cartas de los millones de lectores que mes con mes me escriben de todo el mundo pidiendo consejos para ser felices y que yo debo contestar hasta la última de ellas, porque esta es mi misión en esta tierra… ¬_¬'

Y es por ello que vengo aquí, una vez más con ustedes trayendo un mensaje de paz y armonía que cambiara sus vidas… esta vez, hablemos de los taxistas.

No hay ciudad que no los tenga, ni persona que no haya lidiado con ellos alguna vez en su vida, siempre están ahí cuando menos los necesitas, y nunca hay uno libre cuando más los necesitamos, unos tardan más, otros tardan menos, unos cobran más pero ninguno cobra menos… a menos claro, que se apliquen en mecanizar estos consejos que el Tecuan (en su eterna búsqueda por traerles felicidad a sus vidas) trae para ustedes basándose en el ir y venir de las calles de la ciudad de México. (Así es, aquí me tocó vivir)

Estos consejos están basados en hechos reales…

Adivina adivinanza: ¿Cuál de estos taxistas crees que te va a cobrar menos?


TAXISTA 1- El súper-cafre vivaracho, rabo verde y gandaya que se saluda e insulta con medio mundo del transporte urbano (microbuseros, taxistas de otros sitios, combis y guajoloteros), tiene varias novias y las pasea en su taxi; y que, aún con tal harem, se tuerce el cuello (como la muchachita de El Exorcista) cada vez que ve pasar en la calle a una 'ñora con minifalda que tiene piernas de rellena y un vientre tan esbelto como el de un carnicero; todo acompañado del sonido de su claxon o un chiflido a lo Pedro Infante.



TAXISTA 2- El ruco parsimonioso vestido -generalmente- de chamarra y gorra, que se sabe de memoria todas las calles y que si pudiera se aprendería también los enlaces y desembocaduras del alcantarillado público.



TAXISTA 3- El jovenzuelo alegre y carismático (aunque con cara de ratero, drogadicto y pelafustán) que siempre trae el radio encendido y suelta alguna pendejada graciosa cada 5 minutos a menos que se la pase usando el celular cada tres minutos por que le llama su pandilla para invitarlo a la “peda” de la noche.

¿¿Ya adivinaron??

Bueno, en lo que adivinan (o lo intentan), permítanme instruirlos con esta primicia; según mi punto de vista, sólo hay tres tipos de taxistas mexicanos y estos son los mencionados arriba. Obviamente variando morfológica y mentalmente, pero siempre reuniendo las características más generales de los cabrones ya mencionados, como lo son: edad, educación, nivel de cafreo, lujuria, gusto musical y el tipo de conversación que ofrecen.

Partiendo de estas características se puede desarrollar un sistema que nos permita evaluar a cada uno de ellos y aplicar los procedimientos sociológicos necesarios para reducir lo que les debemos por el servicio, desde $1.00 a $10.00 pesos (esto aplica para unidades que no cuentan con taxímetro).

A este sistema se le llama: “ser un buen pasajero”.

Por ejemplo.

Una vez unos amigos del trabajo y yo abordamos un taxi que nos llevara a algún lugar divertido a saciar nuestra dipsomanía de viernes. Partimos desde un punto “X” hasta un punto “Z”, lo cual es un trayecto de unos 45 minutos en horas pico. Tuvimos bastante tiempo para conversar; desde cuestiones del trabajo hasta la manera más inteligente de abrir una bolsa de cacahuates.

El taxista, un señor de unos cincuentaytantos (perfil TAXISTA 2), venía fascinado con nuestra conversación, a pesar de que rara vez participaba y sólo asentía esporádicamente. Estaba ensimismado con la plática debido a que mis amigos pueden inventar y decir tanta mierda a la vez que no los calla ni el mismo Rey de España en la cumbre iberoamericana (trágate esta Hugo Chávez); así es que de vez en cuando sueltan temas bastante entretenidos.

Al final, como los tres sabemos ser buenos pasajeros, el señor quedó tan entretenido y divertido de lo que decíamos (discutimos sobre posibles formas de combatir el crimen organizado, hasta maneras para identificar un transexual estando borracho… no es que nos haya pasado) que decidió cobrarnos 10 pesos menos de la tarifa “habitual”, gracias a que le caímos bien y eso le impidió cobrarnos de más.

¿Pueden ustedes entender las variables y las constantes de este desarrollo?

Cuando me refiero a ser buenos pasajeros, no me refiero más que el comportamiento que uno debe de adoptar para influir en el consciente o inconsciente del taxista, y que éste nos conceda el magnífico descuento simpa-tético de $1.00 a $10.00 pesos, que suelen dar a los pasajeros si cumplieron al margen la conducta del buen pasajero... es como una logia silenciosa…

Aquí les pongo los comportamientos más importantes (que deben realizar imperativamente) que suelen influir en el precio final de un viaje en taxi:

Número 1
Nunca hablar fresón.
¿Por qué? A nadie le gustan los “fresas”. Son gente detestable y por demás estúpida. Los estúpidos son fáciles de engañar y por lo tanto se les puede cobrar mucho más. No lo hagan. Además alguien que si sea fresa no necesita viajar en taxi… así que, por favor; no sean faroles!!
Descuento posible: $0.00 pesos (No hay descuento pero tampoco aumenta la tarifa)

Número 2
Mirar nalgas. (Si eres hombre)
En la sociedad del hombre, al acto de mirar nalgas le precede una reacción espejo. Así como sucede cuando una persona bosteza, alguien le vio bostezar y se le contagia el sueño, asimismo suele pasar cuando un cabrón voltea a mirarle las nalgas a una mujer y otro más lo ve: el que lo ve mirar aquel trasero, también volteará a escanearle las nalgas o deseará hacerlo instintivamente, pero se detendrá por los prejuicios feministas que tanto daño hacen a la humanidad.
(Esto no aplica si la mujer a quien le miraron las nalgas al pasar es tu novia o esposa)

No me pidan la explicación científica de este comportamiento. Es un protocolo prehistórico que mantiene unida a nuestra sociedad. Si no hay guerras en el planeta es debido a que muy adentro del subconsciente de varios líderes mundiales ocurrió una diplomacia beneficiosa. Un mandatario (Obama) le miró el culo a una congresista buenona y el otro mandatario (Sarkozy) también lo hizo, de manera que simpatizaron y ya no hubo más roces entre sus naciones, sin que ninguno supiera la razón real de ello… es fácil de entender ¿no?

Lo mismo pasa en los taxis. Si el taxista voltea a mirarle las nalgas a una muchacha, uno también debe de voltear por simple cortesía, por solidaridad masculina. Diez, veinte, treinta o cuarenta mujeres prietas y gordas, no importa, ni siquiera se necesitan palabras que reafirmen la exquisitez de un buen trasero o las ganas de reducir el costo del viaje. Una vez que el taxista percibe que tú también volteaste, dentro de su cabeza ocurre un proceso mental parecido a este:

"Hummm... así que te gustan las nalgas, ¿eh?... Seee a mí también hermano"
Y tras esta fraternización muda no hay mucho que esperar más que un buen descuento.
Descuento posible: $6.00 pesos (si se hace muy bien). $3.25 pesos (depravación conservadora sin sacar la lengua)

Número 3
Marcar con las manos o dedos el compás de la música que escucha.
Esta es otra reacción de empatía espejo como la de mirar nalgas. Ni siquiera se dará cuenta de que te gusta su música, pero por dentro a nivel subconsciente lo hará. Anímate entonces y toca el teclado del funk sobre tu pierna, percusiona la batería del rock sobre la puerta del copiloto, o, si eres más atrevido: chistea el compás de una buena cumbia villera y si puedes cántala en voz alta y baila. Perrea un buen reggaetón. Verás cómo es que funciona.
Descuento posible: $4.06 pesos

Número 4
Pedir la tarifa con un logaritmo que ELEVE el estatus de dominación del taxista sobre nosotros o mínimo que lo iguale.
En pocas palabras, hacerlo sentir bien al expresarle sumisión de tu parte o igualación. Porque solo eres un cliente, no eres presidente, ni rey ni príncipe del pop… y aunque lo fueras, deberías seguir mis consejos.
Ejemplo: Una vez que está por terminar el recorrido, le dices con voz fraternal:

- "¿Cuánto me va a cobrar JEFE?"
O
- "¿Cuánto me vas a cobrar CARNAL? (en caso de los taxistas jóvenes).

Nunca uses preguntas como; "cuánto le debo" o "cuánto es", pues son más débiles que "cuánto me va a cobrar". El verbo cobrar les hace reconsiderar el valor del viaje por temor a que se tenga un desacuerdo con el cliente.
Descuento posible: $7.06 pesos

Número 5
Ahorrarle la "vuelta":
Aplicar la clásica ahorrada de vuelta diciéndole: "pues déjeme aquí para que no dé más vuelta". El taxista sentirá un alivio menor al no tener que gastar la gasolina de 15 segundos o quizás mucho mayor si de verdad se trata de una p… vueltesota que irremediablemente le llevará hacia un caudal de coches y pitidos. El ahorrarle esas horas de estrés remunerara tu bolsillo considerablemente.
Descuento posible: $0.60 por cada segundo que se le ahorre.

Número 6
Darle la razón cuando la ha cagado conduciendo.
Siempre toma partido por el lado del taxista, no importa si él fue quien cometió la animalada.: ¡agita los brazos con vehemencia, miéntale la madre al otro conductor, haz que el taxista se sienta orgulloso de tener un pasajero como tú, pelea de su lado! No importa si los dos se ven como tremendos imbéciles, todo sea por ahorrarse unos centavos.
Descuento posible: de $5.00 a $9.00 pesos (si ocupas mentadas de madre).

Número 7
Conversación.
Y finalmente, reuniendo todas las anteriores, está la conversación, que será la prueba de fuego. Si el taxista tiene el radio prendido y en un volumen alto, olvídate de hacer conversación, él no lo desea. Si se muestra algo inquieto y brincotea sus piernas o manos, es posible que quiera entablar conversación o esté esperando a que uno se la haga.

Por lo general no hay ningún tipo de problema para entablar un coloquio con ellos, pues saben que es parte de un buen servicio.

En el caso del TAXISTA 1 optará por pláticas sobre mujeres, novias, prostitutas, borracheras, bares de mala muerte, accidentes automovilísticos, pelodromos y “teibols”, fraudes, hazañas o chistes.

El TAXISTA 2 preferirá charlas sobre el clima, el tráfico, la situación económica de México, las enfermedades, ciudades o temas que involucren chismes o anécdotas personales, las reseñas más aterradoras del radioprograma “la mano peluda”, cosas de miedo y las cagadas del presidente Calderón.

En cuanto al TAXISTA 3 optará por que le cuenten o por contar cualquier cosa, dependiendo de qué tan extrovertido sea. Es un chavo y esos cabrones son muy callados, pero si en su carro trae reggaetón, olvídalo, déjalo en su trance… si le interrumpes su perreo mental, puedes ocasionar un accidente fatal...
Descuento posible: de $7.00 a $10.00 pesos (dependiendo de la amenidad de tu charla).

Bueno niños, pues una vez más, traigo ante ustedes este hato de sabiduría con el afán de que sean mejores personas en el mundo y encuentren la felicidad…

Ahora, déjenme atender un par de preguntas de los seguidores del “MUNDO DEL TECUAN”

SECCIÓN: PREGUNTAS DE LOS LECTORES

Niño de Zimbabue: Oyes Tecuan, pero no nos dijiste quién de los tres taxistas nos cobrará menos jejejeje...
TQAN: Ah, sí, lo olvidaba. El descuento del buen pasajero variará de acuerdo a qué tan bien adopte uno los comportamientos arriba mencionados, y del juicio (o prejuicio) que nos haya hecho el taxista.
El hombre maduro cuyos hijos ya hicieron su vida y el joven soltero reggaetonero, probablemente no necesiten cobrar tanto como el taxista rabo verde de ENEMIL hijos y que necesita plata para pasear a todas sus mujeres, es por ello que con este tipo en especial se deben de mirar al menos 100 traseros en un viaje y mentar madres a diestra y siniestra.

Niño de Guadalajara: Oyes Tecuan, ¿pero qué tal si es una taxista mujer?
TQAN: Es lo mismo. ¿Has acaso visto una mujer taxista? Carajo, es como si te estuviera dando el ride el presidente de Burkina Faso. Son como de esos entrenadores de tigres con mucho vello en los brazos. Nada más les falta cascar nueces con los biceps, no sin antes remangarse su camisa roja de cuadros.

Niña del DF: Oye Tecuan, ¿pero cómo aplicamos ese sistema nosotras las mujeres?
TQAN: Con ustedes es más sencillo, desabotónense tres ojillos de la blusa y sonrían coquetamente.

Niño de Tombuctú:— Oyes Tecuan, pero ¿no sería más prudente levantarse temprano, ser más organizado para llegar a tiempo a nuestros compromisos optando por un transporte más barato, en vez de estar desgastándote para ganar la simpatía de los taxistas y ahorrarte uno o dos pesos en cada ida? Además de fomentar el ahorro y conciencia ambiental???
TQAN:- Emm.. ¡Cállate!

Fin de las preguntas…

3 comentarios:

  1. Anónimo10.12.10

    ¡Ja,ja,ja! Muy entretenidas las distintas hazañas que se pueden practicar para reducir la tarifa de un taxi.
    Y tienes toda la razón una chica con el solo hecho de sonreír “amablemente” es suficiente, fraternizar es una ley de oro, antes de saber que tan “amable” puede ser el taxista aplicó el “¿Cómo le ha ido el día de hoy?” Me encantan los “Fíjese señorita que acabamos de empezar”, ¿Acabamos? Usted y quien más ja,ja,ja… superada la obviedad aplico la del karma, “No se preocupe es buena temporada por X razón, además el que obra bien, bien le va”. Si continua o no la conversación depende del tipo de taxista, me encanta tu forma de clasificarlos.

    Nimu

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  2. jajaajajajajajajajajajajajajajajaa......

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  3. jajajajajajajajaajajajajaja las aplicare...

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