21.11.13

EN HONOR A WINAMP...


Yo sé que a muchos de ustedes les va a dar flojera ésta entrada, pero me vale madre porque es mi blog y aquí publico lo que se me da la gana...


(Mi computadora, precisamente en el momento que me enteré de la fatal noticia, obvio usando Winamp, yo fiel como siempre)

Estoy triste, de verdad, tengo una de esas tristezas con mal sabor de boca porque no deberían existir, sin embargo son inevitables, precisamente, como todas las noches que estoy frente a la PC, estoy escuchando música desde mi reproductor de MP3 favorito de todos los tiempos; WINAMP... lo conocí desde sus inicios cuando yo estudiaba en la Vocacional 2, un programa "full" en todos los sentidos, una interfaz gráfica muy cómoda, amigable y con teclas de acceso rápido que me aprendí para facilitar el uso, incluso puedo operar todo el programa sin luz, recuerdo todas esas noches en mi cuarto a elevadas horas de la madrugada escuchando música con las luces apagadas, cambiando de canción, bajando volumen, pausando, repitiendo las partes de una rola que más me gustaba, practicando solos para ejecutar en mi guitarra con sólo oprimir unas cuantas teclas sin necesidad de ver el teclado, todo gracias a la facilidad de ejecución de éste grandioso programa.

Pero para que los mareo con más detalles, mejor lean la nota que encontré vagando por la red, hoy 21 de Noviembre de 2013, el editor de tal post dijo las palabras adecuadas y comparto con él la nostalgia de saber que mi reproductor de mp3 favorito dice adiós.

Tomado de: http://alt1040.com/2013/11/retirada-winamp#comments

Winamp dirá adiós el 20 de diciembre tras 15 años de historia


Tras 15 años de andadura como uno de los mejores reproductores multimedia, Winamp ha anunciado el cierre del proyecto para el próximo 20 de diciembre.


Seguramente todos tengamos alguna aplicación que consideramos imprescindible y la instalamos en todos nuestros equipos e, incluso, la recomendamos a nuestros amigos y familiares. Durante bastantes años, para muchos usuarios que huían del horror de Windows Media Player,Winamp era esa aplicación imprescindible; un reproductor multimedia que desde finales de los años 90 nos ha acompañado a muchos usuarios. Tras una larga trayectoria en un segmento altamente competitivo,el mítico Winamp nos dirá adiós el próximo 20 de diciembre.
He de reconocer que este anuncio me provoca tristeza, a pesar de que existen múltiples opciones en la red y podemos encontrar un amplio abanico de reproductores multimedia, seguía fiel a Winamp desde que comencé a usarlo en el año 1998; un reproductor de música gratuito que vio la luz en el año 1997 de la mano de Nullsoft y que, rápidamente, se posicionó como el sustituto de Windows Media Player en los PCs de la época.
Listas de reproducción, ecualizador, plugins o los skins eran algunas de las facilidades que podíamos encontrar en una aplicación que, prácticamente, se ha mantenido invariante en todos estos años y ha mantenido su clásica interfaz así como el famoso MP3 de prueba que decía "Winamp, it really whips the llama’s ass".
Tras una operación de 80 millones de dólares, AOL se hizo con Winamp tras la compra de Nullsoft y siguió manteniendo el aplicativo. En estos años hemos visto actualizaciones de la aplicación, intentos de monetización mediante la venta de música legal o la versión Pro, un cliente para Android o, incluso, una utilidad para sincronizar la música en Mac. Una evolución, quizás, demasiado lenta para un producto que nació con el boom de la música en formato digital, el intercambio de archivos en formato Mp3 a través de servicios como Napster o Soulseek o el ripping de CDs de música que tan popular se hizo a finales de los años 90.
Evidentemente, las cosas han cambiado mucho desde la época dorada de Napster; servicios como Spotify han cambiado las reglas del juego y los usuarios apuestan por el streaming de contenidos legales porque, de esta forma, no dependen de archivos locales y tienen ante sí un catálogo mucho más amplio. Servicios como Google Play Music, Amazon Cloud Player o iTunes Match nos permiten subir a la nube nuestra música y hacer que ésta esté disponible para todos nuestros dispositivos y, efectivamente, también existen muchas alternativas en software libre que hacen que un producto comercial como Winamp acabe convirtiéndose en una reliquia.
Tras 15 años de historia, Winamp nos dirá adiós el próximo 20 de diciembre, fecha a partir de la cual no podremos descargarnos la aplicación desde su sitio oficial. Quizás sea el momento de buscar una alternativa, algo que podemos hacer siguiendo algunas de las que nos ofrecen desde Bitelia pero, para los que se resistan al cambio, Winamp perdurará en el tiempo gracias a la biblioteca de software de Archive Team.


...


En fin, ésta entrada se la dedico a los creadores de ésta buenísima herramienta, a Winamp por supuesto y definitivamente ya descargué la última versión que ofrece la página, la guardaré para siempre y no dejaré de usar el programa jamás.
Y como ya sé que más de un lector de ésta entrada me tacharán de ñoño y ridículo, sepan que estoy preparado mentalmente para soportar sus críticas incomprensibles de mi sentir.


TECUAN

15.10.13

DEL AMOR VERDADERO Y LA SOLEDAD...

Últimamente he andado muy meditabundo respecto a cuestiones de la vida, el amor, el universo y todo lo demás, es un hecho interesante, sorprendente y profundo, pero debido a muchas circunstancias, no siempre y no para todos esto se hace evidente o relevante.

Ya en varios estados recientes en mi perfil de FB y en post anteriores en éste blog, he hablado mucho sobre diversas maneras de ver y sentir; la soledad, el amor, la depresión e incluso los saltos de fe, para salir de la “zona de confort”. Vivir una vida activa, real y consciente resulta ser sumamente difícil, sobre todo ahora, en ésta época tan compleja y contradictoria. Siempre se nos vienen encima un montón de problemas y situaciones de estrés que tienen su repercusión en nuestros estados moral, mental, intelectual, espiritual, etc.

Nuestra vida pasa por una agitación constante y nosotros somos incapaces de romper ese círculo vicioso al que al parecer vamos acostumbrándonos con el tiempo. A veces muchas personas se ven forzadas a concluir un trato con su conciencia renunciando a sus principios. La lucha por el bienestar material ha llegado a ser para muchos el credo de toda su vida, el principio supremo de la existencia en nombre del cual todo está permitido. Esta lucha ha convertido a muchos hombres en fanáticos servidores del culto más popular en el mundo, aquel que desplazó de nuestra vida no sólo la noción de una creencia en una entidad “superior” sino también muchos valores espirituales y humanos: su majestad el Dinero.

Su gobierno, al igual que el de cualquier tirano, al principio ofrece promesas tentadoras, pero luego trae consigo sólo decepciones, frustración y fracaso de las ilusiones. Tras la fachada de un paraíso idílico donde el hombre materialmente asegurado puede adquirir y hacer todo lo que quiera, se esconde una multitud de conflictos humanos no resueltos que quizá no afecten al cuerpo, pero sí al alma. Hay tantos problemas que no se resuelven con dinero y enfermedades cuya curación no se compra con millones... Cuanto más valor van adquiriendo los problemas materiales, convirtiéndose en una prioridad vital, tantos más problemas del alma van pasando al anonimato de la clandestinidad. Pero el hecho de que esos problemas no salten a la vista de todos no quiere decir que no los haya, que los hombres no sufran por ellos o que no se agraven día a día. El problema es que muchas personas tienen tantos problemas de identidad, debido a la máscara de la sociedad con que deben andar siempre, aparentando y pretendiendo mantener su “statu quo”.

Por ejemplo. La soledad es uno de estos problemas palpitantes y delicados del alma humana que nos afectan a todos, independientemente de nuestra situación material, nivel intelectual o títulos adquiridos. No existe ni una sola persona que pueda presumir de no haber sentido nunca en su propia piel ese estado interno tan particular que puede ser a veces doloroso y a veces, por el contrario, muy profundo y especial.

¿Por qué y en qué situaciones el hombre puede sentirse solo?

A pesar de que yo lo he sentido muchas veces, no es fácil responder a esta pregunta. Me gusta utilizar una analogía al problema de la soledad, como un enorme iceberg. Esto es, existe una pequeña parte bien vista y perceptible para todos (la punta del iceberg). Pero hay también otra parte, mucho más grande, sumergida en el agua, que queda fuera del alcance de la vista humana y de las leyes de la lógica habitual.

La soledad aparece cuando faltan contactos con el mundo circundante o con otras personas con las cuales se siente cierta afinidad, o cuando por alguna razón estos contactos resultan problemáticos. El problema clave de la soledad siempre toca el delicado tema de las relaciones humanas. Al echar una ojeada en el alma de un solitario podríamos encontrar historias conmovedoras de relaciones que no tuvieron lugar, decepciones y miedo a ser herido en sus sentimientos y desilusionado en sus esperanzas. Algunas personas se sienten solas por no tener en la vida a un compañero o compañera realmente querida con quien poder compartir las penas y alegrías. Otros quieren simplemente ser amados, ocupar un lugar principal en la vida de alguien. Y otros no son capaces de encontrar a alguien capaz de compartir sus pensamientos, sentimientos, sueños recónditos y aspiraciones. Este es un problema frecuente, y es propio de mucha gente que, teniendo un montón de conocidos, no pueden contar con un sólo “amigo fiel”. Otros se sienten solos por haber sido tantas veces abandonados y engañados que ya no creen a nadie ni nada, aun cuando la gente trate de acercárseles con intenciones plenamente sinceras.

El miedo a la soledad es natural y muy comprensible, pero a menudo se convierte en una fuente de decisiones erróneas, estados psicológicos verdaderamente tortuosos y desaciertos motivados por razones muy diversas y discutibles.

Si observamos cómo se manifiesta el miedo a la soledad constataremos que está siempre ligado a una necesidad básica del ser humano: sus relaciones con otras personas.

-Si tengo relaciones no me siento solo, y si no llego a tenerlas me siento frustrado.-
Si seguimos la lógica de esta idea, correcta en su base pero superficial en su esencia, y no tratamos de ir al fondo del problema -lo que sucede en la mayoría de los casos- resulta que nuestro bienestar y tranquilidad así como nuestra percepción de la felicidad, no dependen propiamente de nosotros mismos, sino de otras personas. Dependemos en mayor o menor grado de la reacción del otro, de su disposición hacia nosotros, de sus signos de atención, de su apoyo, comprensión y ayuda. La presencia de todo esto nos hace felices, nos ayuda a vivir y a sentirnos personas válidas y realizadas en la vida.

Por el contrario, cuando faltan las manifestaciones externas de este tipo, perdemos el equilibrio y la seguridad en nosotros mismos, caemos en depresión, nos sentimos débiles, heridos, incapacitados, y a veces nuestra propia vida parece perder todo su sentido. Como en este caso nuestra felicidad depende menos de nosotros mismos y mucho más de las circunstancias externas y de cómo nos van a tratar los otros, el miedo a la soledad adquiere una forma muy particular.

Obviamente todos esos motivos son verdaderamente conmovedores porque tocan algunos rincones íntimos, muy frágiles y a veces dolorosos del alma, y por ello merecen atención y respeto.

Cada vez que tenemos miedo de perder lo que ya tenemos, al igual que un jugador, apostamos todas nuestras esperanzas en una sola "combinación de cartas" que creemos que está obligada a salir. De lo contrario se derrumba todo, dado que no tenemos otras alternativas.

Pero la vida no es un cine ni un melodrama. ¿Qué pasa si realmente alguna vez nos quedamos sin la persona querida, sin hijos, sin amigos, sin apoyo y sin comprensión? ¿Significaría esto que la vida para nosotros ha terminado?

Para responder a esta pregunta hay que ir más allá de lo superficial, concentrarse en la parte oculta del iceberg que de inmediato no se puede ver ni entender. Y entonces queda claro que el problema de la soledad no se puede identificar únicamente con el hecho de tener o no tener relaciones. Los problemas en las relaciones son la consecuencia, pero no la causa de la soledad.

Si queremos conocer el verdadero amor, la amistad y la felicidad tenemos que resolver problemas fundamentales relacionados con las necesidades de nuestra propia Alma. Y estas necesidades no están determinadas por la opinión de los demás, ni por su manera de tratarnos, sino que dependen exclusivamente de nosotros mismos, de nuestra capacidad de entender el sentido profundo de la vida y las Leyes de la Naturaleza, del Hombre y del Universo.

El “alma” necesita no sólo relaciones verdaderas, sino todo lo que pueda darle oportunidad de despertar sus potenciales ocultos, sus grandes sueños, su nobleza y su profunda sabiduría.

¿Oye Tecuan, Y entonces qué necesita el alma?

Necesita encontrar el sentido de la vida. Saber por quién y por qué vive y muere. Soñar profundamente, con toda su fuerza, y tener una obra o meta para encarnar sus sueños. Un hombre sin sentido de la vida, sin grandes sueños, sin una “obra maestra” o meta, está realmente solo.
El Alma también tiene miedo de la soledad, pero sus temores son de otro tipo. No le preocupan tanto las cosas que podría conseguir o perder. Sus preocupaciones son mucho más profundas. No la preocupan tanto los errores de otros como sus propios errores. Y su felicidad no depende de lo que pueda obtener de otros sino de su propia capacidad de amor, sacrificio y dación.
Lo sé, lo sé lectores, parece paradójico, pero precisamente cuando un hombre ya no necesita nada para sí mismo, el destino le hace encontrar en su camino a seres queridos, verdaderos compañeros de ruta que aspiran a estar a su lado atraídos por la fuerza de su alma. Para convivir verdaderamente con otra persona, es necesario primero dejar de depender de ella.

¡”La única persona satisfecha por completo, es la que no necesita de nada”!

Y algo que definitivamente he aprendido en éste largo caminar es, que el verdadero amor y la verdadera amistad no se exigen, no se planifican, no se piden, no se compran ni se venden. En realidad vienen por sí solos. Lejos de ser un simple enamoramiento o una adquisición más para nuestra colección de objetos de valor, despiertan y se reconocen como estados superiores del Alma. El verdadero amor, NUESTRO VERDADERO AMOR; nace de nosotros mismos.

Igual que todos los grandes sueños, el amor no llega a ser realidad de golpe, sino que es el resultado de largas luchas, pruebas, sufrimientos, intentos repetidos de superación de los impulsos egoístas y posesivos (y vaya que YO he luchado mucho contra esto). Sólo lo puede encontrar aquel que no deja de soñar con ello como un principio superior de la vida y como una necesidad vital del alma. Entonces se siente como una bendición del destino, del universo, de la vida misma.

Cualquier intento de invocar el verdadero amor artificialmente, imponerlo, exigirlo, planificar los acontecimientos, poseerlo, acaban con un fracaso tarde o temprano. Esa rara ave de felicidad, tan fina y frágil, presiente la amenaza y evitando hacerse cautiva de cualquier tipo de intenciones egoístas, escapa de la jaula dorada especialmente preparada por nosotros, tal vez para no volver nunca más.

EL VERDADERO AMOR ES PROPIO DE LOS HOMBRES Y MUJERES FIELES QUE PREFIEREN PERMANECER EN SOLEDAD QUE TRAICIONAR SUS NOBLES SUEÑOS Y SUS ELEVADOS CRITERIOS

Es para aquellos que no se venden. No entran en relaciones simplemente para propiciar el bienestar material y por el simple placer sexual. No se unen con cualquiera sólo por no perder la oportunidad de formar una familia o para no quedarse solos hasta el fin de su vida. No se conforman con compañías de juerga, totalmente ajenas a los ideales de amistad y nobleza humana.

Los intentos de valorar las relaciones desde el punto de vista del análisis minucioso y detallado de lo que nos separa son un pasatiempo vano, una pérdida de nervios y energías. Si pretendemos mejorar o salvaguardar nuestras relaciones, tenemos que proponer una pregunta fundamental: "¿Qué es lo que nos une?"

Nuestras relaciones con otras personas van a durar tanto tiempo cuanto dure lo que nos une. Si lo que nos mantiene unidos es una casa, un chalet, el dinero, el atractivo exterior, la libido sexual o cualquier otra cosa "a corto plazo", es seguro que los primeros problemas que surjan en esta esfera van a constituir una amenaza a nuestras relaciones. Los vínculos que unen a los hombres que ya no tienen nada en común recuerdan a algunos pueblos situados dentro de las vías turísticas, donde tras las fachadas bien pintadas la vida aparenta ser normal, pero en realidad detrás puede haber un montón de problemas acumulados.

Lo que une de verdad a las personas son las dificultades, los momentos de crisis superados juntos. Es necesario aprender a dar el primer paso, sin perder nuestra individualidad ni el sentido de la propia dignidad. Para establecer y mantener las relaciones en pareja se necesitan los esfuerzos de ambos, y cualquier paso que emprendamos debe provocar una resonancia en la otra persona, seguida de su reacción y sus pasos de respuesta a nuestro encuentro. Si esto no sucede, por muchos esfuerzos reiterados que apliquemos, la conclusión debe ser: o los pasos que emprendemos no son los apropiados, o nuestras relaciones yacen sobre un terreno muy inestable, pues las mantiene tan sólo uno de los dos, que intenta salvaguardarlas asumiéndolo todo, cosa que, por cierto, es absurda y artificial. Para que cualquier relación tenga éxito es indispensable que ambas partes intenten superar el sentido del egoísmo y la posesividad.

A menudo no nos damos cuenta del hecho de que nuestros seres queridos representan una individualidad diferente e independiente de nosotros mismos. En consecuencia seguimos percibiéndoles como un reflejo de nuestras propias visiones, requerimientos y fantasías según nuestra opinión y nuestros deseos. Es muy peligroso tratar de educar y construir a otras personas de acuerdo con nuestro modo de ser. El amor requiere de aire fresco y de libertad del alma. Los que lo sienten y comparten no se disuelven uno en otro ni pierden su individualidad, más bien se asemejan a dos firmes pilares sosteniendo el techo de un mismo templo.

El amor requiere una entrega total y una falta de interés egoísta. En el amor verdadero no nos hace falta nada. Teniendo la posibilidad de amar, lo tenemos todo. Cuando alguien tiende a imponerse demostrando su egocentrismo, haciendo a todo el mundo dar vueltas en torno a sus problemas e intereses y exigiendo constantemente pruebas de amor y algún "premio" a cambio de sus sentimientos, no se trata simplemente de que todo esto pueda matar al amor, sino de que no es amor y nunca lo fue.

Y ya para terminar, después de todo este verbo marihuanesco. En este contexto la pregunta clave no debe ser "¿qué será mejor para mí?", sino "¿qué será mejor para el otro?"

Un amor o una amistad íntima es como un espejo: lo ve y lo refleja todo. Debemos ir descubriendo en el ser querido cada vez algo nuevo, una pequeña perla del precioso tesoro escondido en su alma, de lo que él o ella tal vez ni se hayan dado cuenta. Es inútil convencer tan sólo con palabras. Se consigue convencer e inspirar mejor con la fuerza del ejemplo propio. Un hombre capaz de vivir inspirado por un gran amor tiene una poderosa fuerza. Se parece a un rayo de luz entre las tinieblas: basta con saber que existe, que podamos guardar su imagen en el corazón, pase lo que pase.

En realidad hay que poner en marcha muchas fantasías negativas y muchas ideas circulares para llegar a sentirnos verdaderamente solos. Incluso si no logramos encontrar a un ser querido digno de guardar para siempre su imagen en el cofre de oro de nuestro corazón, todavía nos quedan el cielo, las estrellas, los grandes sueños inmortales que abrigan a todos los lobos solitarios capaces de soñarlos, amarlos y vivir por ellos con toda su alma. Aún quedan muchos amaneceres por observar y maravillarnos de lo hermosa que es la vida misma…


TECUAN

29.9.13

NIHILISMO, EXISTENCIALISMO Y UN PEDAZO DE HUMANO… YO

Nihil novum sub sole”.
Nada nuevo bajo el sol.

Después de mi rollo sobre la “nada”, estuve leyendo algunas cuestiones filosóficas de ciertas personas llamadas “Nihilistas”. Ellos niegan la existencia de todo, de toda evidencia, de toda prueba de vida, de todo fundamento filosófico, de toda vida más allá de ésta, de toda introspección que no suponga la negación del ser, de todo tratado sobre la vida y la muerte porque para ellos es una unidad en sí misma. No hay nada nuevo bajo el sol porque la vida no admite más aditamentos ni ninguna modificación más de su estructura primigenia que nace de la nada y es la nada en sí misma.

Pero pienso que si es verdad que “no hay nada nuevo bajo el sol”, entonces el nihilismo tampoco tiene sentido en su propia esencia. Si niega toda evidencia de ser no puede existir en absoluto el nihilismo como fundamento filosófico porque dentro de la nada, la nada misma no tiene cabida.

Y es aquí donde nace la paradoja del nihilismo: bajo el sol que nos cubre nadie puede negar nada porque nadie existe ni nada existe tampoco. Existe el vacío total, un inmenso agujero negro que todo lo succiona, lo traga, lo digiere y vomita después para que no queden ni los restos de cualquier estructura filosófica con sentido.

Cada día el mundo es un sucedáneo de vida, una existencia condenada al aburrimiento, al tedio, a la ruptura con la felicidad. El nihilismo niega la felicidad porque niega la esperanza en sí misma. Sin esperanza no se puede vivir porque es como vivir sin ver más allá de hoy, de este instante, de este momento en que respiro. No hay futuro. Sin futuro no hay presente posible porque no podemos soñar, no podemos recrearnos con el qué ocurrirá, el mañana, lo que está por vivir.

El nihilismo implica, pues, la parálisis al matar toda esperanza de futuro. Por eso nunca habrá nada nuevo bajo el sol y el sol mismo no existe por lo que no puede haber nada nuevo bajo la inexistencia del astro rey…

Sí, muchos se estarán preguntando ¿Qué chingados me fume para llegar a está tesis? Y muchos otros ya saben que fue lo que fume y no compartí, pero en realidad ese no es el problema, el problema no es que no te comparta de lo que fume, el problema radica en tu poca disposición para “conectarte”…

Hace unas horas @CitSiordia mencionó en un twitter “Gracias a @ix_tecuan por motivarme a descubrir el poder de las conectadas

Y eso fue lo que le entendí, el poder de “conectarse” con ese mundo onírico, irreal, surrealista, nihilista que sólo se encuentra en ciertos estratos de la conciencia a los que no se llega por un camino “normal”. Precisamente, el nihilismo mata la diferenciación entre el tiempo subjetivo y el tiempo objetivo. No existe reflexión posible sobre el paso del tiempo y las sensaciones subjetivas que el propio tiempo nos proporciona. El pasado, el presente y el futuro se unifican en la unidad de negatividad máxima y se acaba todo. La vida no puede existir sin tiempo posible para su desarrollo. Si no hay tiempo no hay ser posible. Si el ser no es posible no hay pensamiento que surja de él. Y si no existe pensamiento posible; el nihilismo se queda en nada, en nada menos que nada porque no tiene sentido ni la nada que ellos, los nihilistas, propugnan.

El nihilismo choca de frente con el existencialismo. La vida como pesadez y pesadumbre, como asco ante el dolor y el sinsentido del ser. ¿El hombre es un ser para la muerte, o el hombre es un ser para la angustia? La angustia ahoga la garganta y prohíbe la edificación de hábitos propios de la felicidad. El existencialismo también mata la esperanza, pero al menos permite la existencia del ser como patrimonio autónomo de sí mismo. Ésa es la diferencia básica entre el nihilismo y el existencialismo: el reconocimiento o no del propio ser.

Nihilismo, existencialismo y humanismo. Tres sistemas de pensamiento autónomos pero interrelacionados. La nada, el ser y el hombre, una combinación explosiva de incalculables proporciones. El nihilismo niega el ser. El existencialismo justifica el ser como la existencia misma. Y el humanismo cree en el ser humano. De los tres el paradójico es el nihilismo porque con él nada es posible. Niega incluso el existencialismo y el humanismo. Niega su propia razón de ser porque la nada no sirve para construir ningún edificio de pensamiento posible y que tenga la suficiente solidez como para generar esperanza.
La esperanza es imprescindible para vivir. Y el nihilismo niega esa esperanza.

¿Y quién coño es el Tecuan para venir a hablarles de cosas tan complicadas en domingo?

Bueno, según el nihilismo, no soy nadie. El Nihilismo es esa situación de no saber ¿qué hacer?, de estar perdido en el mundo, de notar que nada tiene sentido, deambular por la vida en “automático” y no poder ser feliz con lo que se hace, ni con lo que se tiene, ya lo había mencionado de cierta forma en mi perfil de Facebook, con base en la experienciaque generó en mí el libro “FACTOTUM” de Bukowski, nihil, en latín significa NADA. 

Venir al mundo es una decisión ajena, impuesta por la voluntad de otros (nuestros padres). Durante nuestra infancia y adolescencia no estamos capacitados para ratificar esa decisión ni imponer nuestras condiciones. Las personas nacemos por decisión de otros en un determinado entorno físico, familiar y social, dotados de características genéticas concretas, que jamás podremos cambiar. Pero de ahí en adelante podemos modificar y decidir sobre nuestra vida ya que nos pertenece en exclusiva.

No hay voluntad ajena -ni de otro individuo ni de la colectividad, ni impuesta por la tradición, ni por las creencias culturales, místicas o políticas predominantes- que merezca una consideración moral más alta que nuestra propia voluntad, ni hay por lo tanto, restricción alguna al ejercicio de nuestra libertad que cuente con una legitimidad natural.

La mayoría de las personas nunca llegan a ser conscientes de su soberanía, de su derecho a la misma ni de la enorme invasión de ésta que padecen. Pero las personas, por si mismas, son seres inteligentes y capaces de auto gobernarse. Cualquier persona, en cualquier momento de su vida, tiene toda la legitimidad para reconsiderar y modificar todo aquello relativo a sí misma y a su vida que de ella depende, incluido el propio hecho de existir. Esto le faculta para tomar cuantas decisiones desee sobre su persona, su cuerpo, su mente y su aceptación o rechazo de cualquier valor, su nombre, su relación con los demás y su forma y estilo de vida. No tomar decisión alguna, como hace gran parte de la población, es también una decisión, aunque la mayoría no sea consciente. Los que por simple inconsciencia, por inercia cultural o por desidia se dejan llevar por el “statu quo” en el que nacieron y fueron educados están también ejerciendo una opción.

Durante siglos se nos ha enseñado y adoctrinado desde las más diversas filosofías e ideologías -desde el cristianismo y el judaísmo hasta el islam, desde el fascismo a la socialdemocracia y desde el comunismo hasta el conservadurismo- que las personas viven en función de la comunidad a la que “pertenecen”, que deben asumir sus valores, tradiciones, reglas. Obedecer.

El "altruismo", la afirmación del "otro", se nos impone desde el colegio hasta el asilo y desde los púlpitos de la iglesia, las tribunas de la política, los medios de comunicación, la paternal institución de la familia o las más diversas organizaciones humanas, pero siempre con el objetivo, consciente o no y a veces incluso bienintencionado, de SOMETERNOS.

Y estoy hablando de creencias filosóficas, teológicas, religiosas sociales o políticas, incluso éste mismo escrito podría ser visto (si esa fuera mi intención) cómo un tratado de rebeldía que pretende imponer una “nueva” o distinta manera de pensar, que te haga revolucionar tu mente y llevarla a estados de duda que te permitan abrir tu panorama a otras ideas… pero esa es tu decisión, yo decido sólo plasmar lo que pienso o me hace pensar “ganja” (investígalo)

Toda forma de limitación del poder de la persona sobre sí misma, sobre su vida y sobre sus decisiones es ilegitimidad en origen. Aunque todas las demás personas del planeta estuvieran plenamente de acuerdo en imponer a un individuo ciertas limitaciones, seguiría siendo moralmente superior el derecho natural de ese individuo a no acatarlas mientras no limite la libertad a otros. Los humanos somos seres gregarios, que necesitan relacionarse con otros individuos para llevar una vida medianamente soportable, pero también sabemos que las normas de convivencia han sido históricamente dictadas por el poder y la autoridad (religiosa, política, cultural, económica, etc.) y por lo tanto no parten de una legitimidad primaria. Acatar irreflexivamente normas que limitan el autogobierno personal es también ejercer una opción: tal vez la más cómoda para la mayoría pero también la más dolorosa y humillante para algunos de nosotros.

Se nos ha enseñado a aceptar sin rechistar lo que el poder nos ordena o prohíbe, porque quienes lo ostentan actúan "en nuestro nombre", están "legitimados en las urnas" o responden a la voluntad de la mayoría.

Y ese es el punto al que deseo llegar, me siento facultado para hacer absolutamente cuanto deseo. "Hacer" incluye por supuesto el "no hacer". La libertad de cada uno no termina donde empieza ese eufemismo que es "la de los demás" que sirve como excusa para que las élites interpretadoras hagan y deshagan a su antojo, sino que termina exactamente donde comienza la inalienable soberanía individual de otra persona concreta, real y determinada.

Y todo esto surgió de una polémica que tuve con mi padre hace unas horas, se cuestionaba si, con mis ideas plasmadas en mi página “Yisus Craist”, material blasfemo e irreverente; no estaba contribuyendo al daño de las susceptibilidades de la gente que “cree” en Cristo, la iglesia católica y demás acepciones, la respuesta a MI PADRE fue muy simple:

No tengo a quien idolatrar ni a quien demonizar si soy mi único dueño y soberano”. Soy creyente de la duda.

Sí; nosotros somos, conscientemente, los responsables de todo lo bueno y de todo lo malo que nos suceda, si nosotros razonamos y decidimos con todas las consecuencias, en definitiva podemos ser libres y no tenemos sino una consciencia plena de nuestra condición de personas, de individuos de una especie animal, únicos y auto poseídos. Seremos libres, seremos soberanos, es decir, seremos plenamente humanos.

Y quienes no quieran aceptar el reto, sean mayoría o no, están en su derecho de no hacerlo, pero no de imponerme a mí, ni a nadie más las consecuencias filosóficas y políticas de su miedo a la libertad.

TE AMO PADRE

NADA ES REAL, TODO ESTÁ PERMITIDO (Assassin’s creed)
TECUAN

16.8.13

ERRAR ES DE USTEDES… HUMANOS.

Cada vez me tardo más en postear, la culpa la tiene el maldito FB, estoy considerando ya dejarlo por un tiempo, mi cerebro me lo agradecerá... por lo pronto les dejo estas palabras y un saludo enorme a todos los que siguen visitando mi mundo y leyendo estas letras...
 
Les contaré algo que ya saben, o deberían saber; somos seres imperfectos.
 
Sucede que te levantas temprano para comenzar las actividades cotidianas, sales a la calle y te equivocas desde el momento en el que te dispones cruzar la puerta del umbral hogareño… quizá se te olvidaron las llaves, el celular, olvidaste apagar el boiler, darle de comer a tu tortuga, no sé; algo pasó pero ya comenzaste a cagarla al inicio del día.
 
De ahí que en el diccionario existe el verbo Errar:
 
Yo erro, tú te equivocas, él falla, nosotros chafeamos, ustedes la cagan, todos la cajeteamos...
 
Vamos por el mundo con “saltitos”, para no equivocarnos gacho y quedar mal. Las clases de moral y el librito de: "como alcanzar el éxito en 7 divertidos pasos" nos dictan conductas de prudencia y mesura. Pero (acá entre nos)... Qué bonito es equivocarse. Palabra del Tecuan.
 
De inicio; la vida no viene con instructivo, y si viniera yo preferiría no leerlo. Si la vida viniera con un manual, lo tiraría o lo mandaría quemar, pues la vida sin equivocarse ¿qué chiste tendría?
 
Me parece patético que seamos el único animal en la tierra que se creó una escala para medir su genialidad o idiotez, el llamado IQ o escala de coeficiente intelectual. ¿Y eso como para qué sirve? No conozco un Sapo que sea insuficientemente mental... ¿o sí? ¿Alguna vez escuchaste hablar de un Gallo idiota o de una Vaca prodigio? (sin contar a Caballo loco, hacer el Oso, la vaca loca o al Gato volador), pues ¡No!, esa cualidad es sólo atribuida a los seres humanos, los que sí podemos discernir entre el bien y el mal, elegir y equivocarnos en el intento.
 
asdhblahsdlKJDSNVA auch…, error de dedo. (No lo voy a corregir)
 
Permítanme equivocarme, o al menos intentarlo -el libre albedrío- como le dicen; cuentan que fue Dios mismo quien nos lo dio, junto con la capacidad de discernir lo bien y lo mal obrado, incluso cuenta el mito que Dios mismo se equivocó el décimo día, cuando volvió a la chamba y decidió darle claxon a los taxistas y también olvidó perfeccionarnos dejando huecos, tentaciones y frutos prohibidos al alcance de cualquier hijo de vecino; siendo así y bajo esta premisa ¿de quién fue el primer error del mundo
 
¡¡Ah verdad!!
 
Siendo la libertad una cualidad humana, optamos, votamos, tomamos (salud) y elegimos a según como nos acomoda. Esta libertad bien podría ser divina. Entonces ¿porque nos dejamos caer lamentándonos cada vez que nos damos un chingadazo moral?
 
Sigo siendo un aferrado creyente y promotor de la Libertad de Excreción, sí dije EXCRECION, no expresión (o sea de poder cagarla de vez en cuando en la vida con singular entusiasmo)...
 
Errar es una cualidad humana... y con ese tamaño. "Quien no se equivoca no aprende", ASI DE SENCILLO; dicen que dice aquél.
 
¿Pero será verdad que aprendemos?
 
Digo, si fuera que aprendemos del error sólo nos equivocaríamos un par de veces, y aun así; a veces no pasa así. Andamos sin rumbo fijo una y otra vez, en ocasiones más de una docena de fracasos por hora.
 
Hay días que tratamos de librarnos de la culpa por equivocarnos. Y si elegimos tal color, dimos el voto a tal partido, o nos inscribimos en la fila equivocada. Mal obramos, desvariamos... como pan de cada día. Nos accidentamos tanto con la vida hasta llegar aquí y pretender no equivocarse es también un desacierto.
 
Pero ya que tenemos nuestros fallos en manera natural ¿qué debemos hacer con los errores ajenos? -los que, no me explico por qué siempre se ven descomunales en comparación a los nuestros- perdonar... olvidar... aprender, usted escoja -a conciencia lo invito a equivocarse.
 
Creo que aún no doy en el blanco, pero más vale pedir perdón...
 
Podemos desatinar... espontáneamente, pero en apariencia consciente, busquemos mejorar, siempre, pero si ya no tiene solución... si ya la regaste: felicidades, sigues vivo e intentando perfeccionar tu entorno, tu vida… TU VIDA.
 
Así que, propenso a equivocarme concluyo ahora: ¿si no me equivoco yo quién lo va a hacer por mí? ¿Ustedes? ¡Nooo gracias! Yo ya tengo edad suficiente para equivocarme solo y disfrutar de mis pendejadas sin lamentaciones, sin culpas, sin remordimientos, viviendo.
 
La ideas es: ustedes háganle como puedan, yo; ya me voy a darle infierno al mundo.
TECUAN

19.7.13

DE EL KARMA Y SUS TRAGICOMEDIAS...

Hace un tiempo y en repetidas ocasiones, ha sido menester de diálogo ese asunto llamado “Karma”…

Ayer por ejemplo, en una charla muy amena que tuve con una hermosa amiga, gurú de las artes místicas y yogui personal de mis contactos con la “energía” corpórea, tocamos nuevamente el tema.

Para aquellos que no estén muy familiarizados con el asunto.

¿Qué dice la Wikipedia? (inclino mi rostro como reverencia):

 De acuerdo con varias religiones dhármicas, el Karma (en sánscrito: कर्म) sería una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Es una creencia central en las doctrinas del budismo, el hinduismo, el yainismo,1 el ayyavazhi y el espiritismo. Aunque estas religiones expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto. Se refiere al concepto de "acción" o "acto" entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo de causa y efecto.


Ok, ok… ustedes pueden “googlearlo” para terminar de leer.

Como bien dicen las abuelitas: hay envidias de las malas y envidias de las buenas.

A mí me gusta pensar que, si eso es cierto; yo siento envidia de la buena. Por ejemplo: Una persona talentosa me provoca envidia en cierto modo; pero la diferencia entre envidia buena y envidia mala aquí sería que yo no deseo que la persona a quien envidio no tenga su talento, sino que yo desearía tenerlo al igual que él y trabajo en ello para lograrlo (si me interesa, si no; sólo le admiro).

Los malos envidiosos, por el contrario, desearían que la persona talentosa no fuera talentosa, como si desearan jalarle al mismo nivel en el que se encuentran ellos, impidiendo que se alejen más. Así son los malos envidiosos; son personas inseguras de sus propias capacidades, pues las saben escasas o limitadas.

Esta hermosa amiga que les menciono, cuyo nombre en náhuatl, significa “estrella”; me hablo con una analogía, lo que es la envidia reflejada o alimentada por el ego, “somos como espejos que reflejan lo que somos o carecemos, deseamos; aquello que anhelamos en otras personas, y el ver en una persona una cualidad que nosotros anhelamos pero carecemos, nos provoca lo que yo en términos poco ortodoxos le llamo ARDOR EN LA COLA”.

Cuando somos niños, uno de los principales procesos de adoctrinamiento educación por el que pasamos es el de "ser obedientes". Un niño obediente es sinónimo de un niño bueno: el niño que se queda quietecito en un rincón, juega "tranquilo" y no "destroza las cosas" es un niño bueno. El niño bueno obedece lo que diga mamá y papá, y ya de paso, abuelos, tíos, hermanos, primos y hasta al perro.

Cuando evolucionamos de asquerosas y babeantes larvas hacia asquerosos y babeantes adolescentes, la situación cambia un poco. Nos gusta "rebelarnos" contra nuestros padres, maestros y todos aquellos que identifiquemos como "los mayores". Básicamente esa rebeldía consiste en realizar pendejadas diversas y hacer lo contrario de lo que nos digan, y pocas veces se transforma en algo verdaderamente importante o trascendente. Tarde o temprano muchos pasan su "fase" y se transforman en grises e idiotas empleados oficinistas seres de bien y de provecho para la sociedad. Todo por el cuento popular que cita; “los niños buenos, van al cielo”.

Bajo esta premisa y en contra de ella existen grupos de zoquetes personas que afirman que no creen en cuentos para niños asustadizos. Aquellos cuentos que dicen, que si te portas mal, Dios te castigara y te iras al infierno… No creen en un señor chancludo y en toga (Dios) que aparentemente no tiene nada mejor que hacer que ejercer de voyerista de tiempo completo mientras castiga gente QUE NO SE PORTA COMO ÉL MANDA, ¡Ah! pero sí creen en que "todo lo que haces en esta vida se te regresa".

Creen que existe una especie de revancha hípergaláctica mega cósmica a la que osadamente le llaman "karma" derivado de creencias védicas.

¿Cuál es el origen del karma?

Es un término que surge de creencias de origen védico (budismo, hinduismo, yainismo) y que se refiere a una energía metafísica que surge de las acciones individuales de las personas. Es una especie de "ley cósmica" de retribución, simple causa y efecto. Si haces cosas buenas, te irá bien; si eres malo, te irá mal.

Simple y bonito… pero poco convincente y ante todo, un mecanismo más de control humano. Claro, claro; según mi criterio.

¿Por qué?

Durante los años 60's, además del uso de drogas psicodélicas (o tal vez a causa de ellas) se pusieron de moda las creencias hinduistas en occidente. De hecho, si algo tengo que reprocharle a los Beatles es que hayan popularizado entre sus fans ese tipo de paparruchadas.
Compréndalos, eran jóvenes y estaban apendejados por la mota y el LSD.

Sin denominarlo directamente con el nombre de karma, hay mucha gente que piensa este tipo de cosas:

"Todo en esta vida se paga".

"Sí, ha hecho muchas cosas malas, pero de seguro no puede dormir. Ya verás que le tocará pagar todo eso algún día".

"Yo mejor me cuido de hacer cosas malas, no sea que se me regrese".

Aquí es donde yo digo, hermanos míos: no mamen tanto. O sea que ¿son lo suficientemente culeros e idiotas como para no hacer chingaderas al prójimo sólo por pensar que "se les pueden regresar" como niños chiquitos temiendo un hipotético castigo? O de otro modo: ¿son unos changos incivilizados que sólo actúan de la manera correcta para que no les pase nada a ustedes?

¿Se dan cuenta en dónde radica mi idea del mecanismo de control humano?

Si patean a un perro, no va a llegar una legión de perros a patearles el trasero. No ocurrirá eso, pero si yo los veo, posiblemente les patee el culo por cabrones!! Soy un defensor de los animales…

Si queman un bosque, no va a llegar una legión de ardillas a quemar su casa.

Si echan a su novia de la casa, no va a llegar a apuntarles con una pistola y matarlos... bueno, tal vez esto último sí, pero eso no tendría nada que ver con karma, sería más bien una reacción natural de la progesterona y qué tan psicótica sea esa exnovia.

¿Cuál es mi postura ante el Karma? Ok, ok… aunque esto suene contradictorio, creo en él, creo en el karma, pero hay una serie de eventos y vicisitudes que se han dado a través de la historia que me hacen pensar que aunque es muy “romántica” la idea del karma y de la justicia cósmica, ésta sólo es un mecanismo más de control para que todos ustedes, simples mortales se porten como la gente con poder, quiere.

Para que sea comprensible lo que trato de decir con mis anteriores ejemplos burdos les presento una tercia de ejemplos de personas a las que prácticamente el karma se las peló figurada, pero olímpicamente:

¿Qué tanto saben de historia?

Caso 1.- 
Iósif Stalin: Gobernó la URSS con culerés extrema. Nació pobre (como muchos gobernantes) y durante su juventud se unió al ala Bolchevique del Partido Social Demócrata hasta que logró el control del Politburó. Bajo su régimen se cometieron diversas torturas contra sus detractores, llevó a su país a un trato con Hitler (que lo traicionó) y vivió sin pedos hasta los setenta y tantos años, cuando falleció a causa de una apoplejía. ¿Castigo? Cero.


Caso 2.-
Francisco Franco: Hijo de puta profesional (y gobernante de España). Militar culero (valga la redundancia) que jodió a los españoles durante algo así como un chingo de décadas. Durante ese tiempo, igual que Stalin, mando matar, violar y otras cosas menos agradables a muchos de sus opositores. Nunca fue destituido y vivió 83 años. Karma: 0. Franco: 1000.


Caso 3.-
Harry S. Truman: Otro hijo de puta certificado. Militar (¿ya vieron que todos son unos culeros?), se registró un tiempo en el Ku Klux Klan (organización definida perfectamente por sus primeras dos iniciales). Llegó a presidente de los Estados Unidos y dio la orden de detonar dos bombas atómicas sobre Japón, cuando era obvio que los pobres nipones ya no podían pelear y que se rendirían de todos modos en unos meses. Murió a los 88 años, tranquilo y tras haber vivido entre honores al final de su vida. Karma: -1000 8000.

Y ejemplos hay muchos más (faltarían un chingo de papas, por ejemplo) y de expresidentes de México, pero este es un blog decente y ponerles una fotografía de Salinas o de López Portillo lo judería, así que ahí le paramos.

¿Qué estoy tratando de decirles?

Bájenle a la chaqueta mental y sus deseos de venganza cósmica. Cuando salgan de casa cierren la puerta y sean más libres, carajo. Respeten al prójimo, coman hamburguesas, denle un zape a un niño. Todos somos ojetes en algún momento de nuestra vida y no por eso se nos va a regresar todo lo malo que hagamos. A esto se le llama "vivir".

No alimenten su ego, sintiéndose especiales… ¿si leyeron mi apología sobre los “no especiales” verdad?

No estoy seguro aún, pero creo que solamente viviremos un brevísimo tiempo en este mundo y luego nos convertiremos en tierra.

Ese breve lapso se debe de aprovechar para experimentar todo tipo de sensaciones, tanto buenas como malas. Amores, desamores, aciertos, decepciones, triunfos, humillaciones, felicidad, tristeza, orgullo, humildad, etc., etc. Tomando en cuenta el procurar que al final de las cuentas, el balance general tenga más sensaciones placenteras que dolorosas, despidiéndose uno con la idea de que se tuvo una buena vida.

Yo, soy un hombre frío y calculador. Mis juicios morales están más allá del bien o el mal; para mi todas las relaciones humanas son meras estadísticas, miles de millones de sucesos interconectados derivados de una gran matriz a la cual muchos le llamaríamos Dios. No son más que causas y efectos; la buena voluntad es efecto de una vida feliz; la mala, de una vida de abusos, violencia o enfermedades mentales. No es suerte, ni la voluntad divina, es un mecanicismo de fenómenos relacionados dentro de un mismo grupo, un universo inalterable donde el cambio radical en la vida de un humano no sería dentro de él más que el viento producido por el aleteo de una mariposa. (Teoría del caos)

Citaré algo que también me dijo la hermosa Citalli (por si no sabían su nombre aún después de tantas pistas) y que justamente acaba de publicar algo parecido en su muro de FB:

"Entiéndeme, claramente, para que alguien perdone, debe haber un ego herido; solo el ego herido, la falsa creencia de que uno es la personalidad, ese es quien puede perdonar, después de haber odiado, o resentido, se pasa a un nivel de cierto avance, con una trampa incluida, que es la necesidad de sentirse espiritualmente superior, a aquel que en su bajeza mental nos hirió. Solo alguien que sigue viendo la dualidad, y se considera a sí mismo muy sabio, perdona, a aquel ignorante que le causó una herida". Y continuó: -"No es mi caso, yo lo veo como un alma afín, no me siento superior, no siento que me hayas herido, solo tengo amor en mi corazón por usted, no puedo perdonar, solo lo amo. Quien ama, ya no necesita perdonar."

¿Comprenden la grandeza y profundidad de esas palabras?... estoy seguro de que no, no las comprenden, por eso se las voy a explicar:

Todo mundo les hará daño alguna vez, y ustedes; en su calidad de “simples mortales” llenos de defectos y errores de producción, también harán daño a otras personas, sólo que su pinche ego está tan inflado como los putos minions que ya me tienen  hasta la madre… 3, 2, 1… perdón… si su ego esta tan agrandado que sienten la necesidad de obtener satisfacción por la afrenta sufrida, estará viva la llama de la retribución o satisfacción, cósmica o personal y hasta no ver satisfecha esa afrenta, no podrán vivir tranquilos y en armonía con la vida misma…

Pero, (siempre hay un pero) si después de leer esto sigues creyendo en esa onda del Karma, te voy a dar un consejo para aprender a sacar balances a tu favor. No lo niego, y ya lo dije anteriormente, me gusta la idea del Karma, porque el karma siempre será una promesa intangible de justicia. Pero, también me gusta sentirme lo suficientemente astuto como para ajustar esa balanza “kármica” y que se incline más al bien que al mal.

Me gusta jugar con el universo; pretender no ser un engrane del montón, aunque lo sea, y sentirme lo suficientemente dichoso como para determinar por mí mismo, mirando los vectores a mi alrededor, lo que con mi vida pasará. Es por ello el dicho de que "la vida da muchas vueltas", hay cosas que nunca las habría podido prever y que nunca podré.

Sin embargo hay caprichos que puedo darme. “Caprichos de genio”, les llamo petulantemente.

Suponiendo que los pecados y los aciertos se sumaran en el final de nuestra vida y fueran juzgados por un “Dios” matemáticamente kármico; entonces tengo una prerrogativa, que me otorga tal sabiduría, y puedo darme el "lujo" de aprovecharme de los "errores del sistema" de vez en cuando.

Libre albedrío… ¿les suena familiar?

¿Por qué esperar el vergajo lento del karma? ¿Por qué no ajustar cuentas con el brazo propio?

Hay peores pecados que la venganza cuando esta no rebasa la magnitud del daño causado sobre la persona que la busca; como la traición, la infamia u otros abusos indignantes. ¿Qué hay de provechoso en no hacer nada ante una ofensa? ¿Por qué no devolverle las flechas a quien nos las envía? ¿No se le movería acaso la avidez sangrienta a una persona anti-venganza, al ver a uno de sus seres queridos siendo cruelmente asesinados sin motivo de ser y cobardemente?

Francamente lo dudo, todos somos animales buscando saciar nuestros más primitivos instintos.

Aunque sea dicha la verdad, la palabra venganza lleva una rudeza excesiva en su expresión. No es algo tan fuerte como suena. Yo lo veo como un puñetazo de vuelta, nada más. Además mis venganzas no suelen ir más allá de restregarle un triunfo a algún "enemigo" profesional, intelectual o estudiantil, humillar con carcajadas una equivocación o lanzar al agua puerca a alguno de los imbéciles que me hizo daño cuando tenía la guardia baja. No me importa si me condenan todas las religiones, para mí es una satisfacción, un capricho alevoso, un manjar poético que ni el mismo sol me privaría de hacerlo.

Pero, aquí viene el truco…

Después de haber cometido ciertas “atrocidades” que no hacen daños cataclismicos… nivelo el karma hipócritamente con muchas buenas obras, buenas acciones, como lo hace la mayoría, para estar bien ante los ojos de esa energía cósmica vengativa.

¿Cómo? Pues realizando buenas obras que no caigan en la hipocresía, que sean obras realizadas con el corazón y con el afán de ayudar y servir al prójimo.

Cuando se elude una dificultad cualquiera, aparte de estar cometiendo un grave error, es inútil pensar que si la ignoramos puede desvanecerse. Precisamente ocurre todo lo contrario, aparecerá ante nosotros una y otra vez hasta que consigamos resolverla.

El hecho de que nos encontremos ante ella, es debido sin lugar a dudas a que nosotros somos los únicos responsables de haberla provocado, mediante un comportamiento erróneo anterior y por lo tanto, también somos los únicos que debemos afrontarla y subsanarla. Mientras esto no suceda, tendremos una deuda pendiente que la Ley Universal de Causa y Efecto, nos reclamará una y otra vez  hasta que decidamos saldarla, siendo entre tanto el auténtico fantasma que perturbará nuestro reposo.

Ese fantasma, es a lo que ufanamente llamarás: KARMA.

Vive, disfruta tu vida, róbale ese beso a esa mujer que entrena Kung-fu, jiu jitsu, muay thai, box, y demás palabras peligrosas, aunque seguramente pateara tu trasero por el atrevimiento, pero no te quedarás con la eterna duda inconmensurable de la única cosa asquerosa en el universo, que la misma mecánica cuántica detesta, y no es el Karma, es el “HUBIERA”

QUE TENGAN UNA EXCELENTE VIDA


TECUAN.