15.11.16

DE LOS GUAPOS, CONTRA LOS FEOS...

Muchos se alegrarán de que he vuelto... a otros les dará igual y muchos más ni se enterarán, pero he vuelto y volveré más seguido, ya estoy purificando mis demonios (más no exorcizando). GRACIAS POR VOLVER TÚ TAMBIÉN.

Aquí vamos...


Los apuestos se enamoran; los feos se confunden. Si un galán le pregunta a una mujer si desea ser su novia, lo más factible es que ella acepte de inmediato, movida por una apremiante felicidad...

Pero cuando sucede justo lo contrario, y es un pobre sujeto con discapacidad estética quien desliza la posibilidad de iniciar una relación de pareja, entonces lo más normal es que ella eche mano del amañado recurso de la confusión mental.

Al apuesto se le responde, -¡Claro que sí!-

A los feos se nos disuade: «Tú no me amas, estás confundido. Tú no me amas, estás confundido. Tú no me amas, estás confundido», repite las veces que sea necesario, aquella dama escurridiza, con la ciega vehemencia de quien se propone apaciguar la lujuria ajena con la técnica psicológica de la hipnosis y la sugestión mental. Una variante de mantra, que reza así: «Tienes mucho sueño. Tienes mucho sueño. Tienes mucho sueño. Pero ni en sueños, vas a dormir conmigo».

Lo más curioso del asunto es que, por lo general, el que suele estar confundido es el hombre apuesto y musculoso que —como tantos entusiastas de la mensajería de texto— ni siquiera sabe si «labio» se escribe con «b» o con «v», o si la palabra «cariño» lleva «c» o lleva «k».

Aunque, aquí entre nosotros, ¿a qué mujer seria le puede alarmar un detalle tan anecdótico e irrelevante?

Lo fundamental siempre será no perder de vista que es el feo, quien definitivamente termina por confundirse, a pesar de que el pobre tenga muy claro las partes femeninas que sueña besar, las carnes que anhela palpar o las zonas donde quiere retozar («El norte es el sur», nos recuerda de manera pícara Ricardo Arjona, patrono musical de las causas perdidas). No tengo que decir que eso último fue sarcasmo verdad. Si eres un guapo que lee esto… tal vez sí tenía que aclararlo.

Somos pues, los feos una especie de San Nicolás incomprendido, condenado siempre a llegar a deshora, a darnos de bruces contra puertas selladas. Porque en los asuntos de la pasión, es muy sabido, más importancia tienen las urgencias que los obsequios.

En la moderna cultura de la belleza y el esplendor físico, a las personas feas no sólo se nos niega el objeto del deseo, también se nos prohíbe la humana posibilidad de desear. No podemos enamorarnos, so pena de ser tildados de confundidos, sádicos o morbosos. En nuestro tiempo, la perversión y la aspiración malsana no están tanto en el deseo como en quien desea. Si un hombre atractivo, alguien como Brad Pitt por ejemplo, le sugiere a una dama principal que a la medianoche asista a su casa en compañía de un grupo de «amiguitas», este gesto jamás será interpretado como una velada invitación a sostener un encuentro licencioso, de corte promiscuo. Antes de la hora señalada ahí estarán todas esas mujeres al pie de puerta con ajustadas ropas encima.

Muy por el contrario, será interpretado como un pedimento comprensible por parte de un caballero curtido en el cosmopolita arte de la socialización.

Pero toda presunción de buena fe cesa abruptamente cuando un sujeto poco agraciado, prudente y respetuoso, toma la palabra para proponerle a la chica de sus desvelos la conveniencia de un almuerzo familiar con la señora que quisiera su suegra:

—¿Qué dices mi amor? Tú, tu mamá y yo. Piénsalo… Para conocernos mejor…

—¿Pero de qué me hablas? ¡Si quieres invito a mi abuelita para que en vez de un trío hagamos un cuarteto, maldito pervertido! ¿Ah? ¿Qué te parece esa idea, sátiro infeliz? ¡Hazme el favor y sales ahora mismo de mi vista, monstruo libidinoso!».

Lo cual me hace recordar a todas esas mujeres que se "mojaban" PENDEJAMENTE con la novela de "las 50 sombras de Gray", tratándose de un tipo bien parecido, con dinero y posesiones materiales, cualquier pedimento por más sacrílego, sucio, perverso y enfermo que parezca... les viene bien a aquellas damas.

¡Pero obvio, ni cómo proponer penetración anal cuando eres un simple mortal porque es de lo más “asqueroso, sucio y vil” que puedes proponer a una “dama” … pinche feo!!

No me extrañaría que en un futuro cercano la siempre atenta disciplina psicológica saliera al auxilio de las beldades acosadas por las huestes de lo contrahecho y, en brillante composición de neologismos científicos, le dé por acuñar la voz médica: Síndrome de Déficit de Atención Sexual (SDAS, por sus siglas), para referirse a la tendencia patológica de ciertos feos -en realidad, sólo de aquellos feos que carecen de bienes de fortuna- de confundir los gestos femeninos de cortesía con escandalosas demostraciones de «pistoneo» sexual. Entonces veremos prosperar centros de terapia donde reconocidos especialistas muestren a sus pacientes las claves interpretativas del lenguaje corporal, de modo que un discapacitado estético pueda distinguir cuando una picada de ojo se debe a una «promesa de coito sin garantía» u obedece, por el contrario, a una molestia con el lente de contacto (en este sentido, pienso que no estaría de más incorporar a la terapia de lenguaje corporal un módulo 2.0, cuyos contenidos estén orientados a significar de una manera adecuada el repertorio de emoticones empleados en correos electrónicos, redes sociales, WhatsApp y pines. No sé, digo yo: para evitar el mal de la confusión digital).

Amor a primera vista. Confusión a primera vista. Amor eterno. Confusión eterna. Enamorarse solo. Confundirse solo. Sorprende comprobar que frases tan parecidas oculten realidades tan diferentes. De las personas enamoradizas lo sabemos todo. Sabemos, por ejemplo, que cuando no pueden tener a su lado al ser amado se entregan por completo al guayabo y al desamor, recorren bares y cantinas, vacían todas las botellas, se recuestan de rockolas y cantan en los karaokes el consabido repertorio de vallenatos y rancheras. ¿Pero qué hacen para desfogar sus cuitas aquellas almas que, a falta de mejor término, llamaremos «confundidizas»? ¿Cómo se supera la «desconfusión», un dolor tan atroz que la voz que lo nombra aún no aparece registrada en los diccionarios (es casi un hápax)? ¡Qué extraño resulta que aún el vate Ricardo Arjona no se haya lucrado con este asunto!

Conviene dejar hasta aquí esta incierta navegación por las procelosas aguas de la sexualidad y de los cánones estéticos, y ceder las últimas palabras a Fernando Savater, el noble filósofo que cuando no dice la verdad pronuncia la mentira más digna de ser verdad:

«¿Cuál es la diferencia entre un rostro bello y uno realmente atractivo? Pues que el bello omite los defectos y el atractivo los tiene, pero irresistibles. La perfección que respeta todas las normas clásicas merece el encomio gélido del museo, pero cuando la imperfección acierta nos las queremos llevar a casa y vivir con ella y para ella. Se hace admirar lo que cumple las pautas y se hace amar lo que las desafía. Y eso en todo los campos, eróticos o artísticos. Hasta en la política».

En fin, si eres feo siéntete bien agraciado de por lo menos ganar en la cantidad de “mejores amigas” contra aquellos infames guapos, que sufren constantemente la desgracia de ser constantemente amados y des amados.


TECUAN

1.6.16

DEL MAGISTERIO Y SUS MAESTROS...

Yo también odio al magisterio

Extraído de (EL CHICOTE)
Los odio porque cierran las calles por las cuales no transito.
Los odio porque no me dejan llegar a tiempo al trabajo, que por cierto, detesto.
Los odio porque afectan los comercios y tiendas en las que yo no compro, porque no me alcanza el salario.
Los odio porque se quejan cuando yo no puedo hacerlo.
Los odio porque protestan cuando a mí me da miedo.
Los odio porque se organizan cuando a mí los patrones no me dejan.
Los odio porque miran de frente a sus enemigos cuando yo sólo puedo agachar la cabeza.
Los odio porque defienden sus derechos cuando a mí ya no me queda ninguno.
Los odio porque no tienen miedo.
Los odio porque no se dejan.
Los odio porque soy mezquino, individualista, timorato, agachón, silente y traidor.
Los odio porque no quieren trabajar en las mismas condiciones que yo.
Los odio porque se niegan a vivir de un trabajo miserable como el mío.
Los odio porque defienden algo tan noble como la educación pública, gratuita, laica y obligatoria.
Los odio porque se oponen al dios omnipresente y omnipotente llamado “mercado”.
Los odio porque se niegan a lucrar con los niños y las niñas del país.
Los odio porque tienen la razón.

Pero sobre todo, las odio y los odio, porque me han dicho que eso debo hacer. Porque mi criterio no me permite discernir entre la bondad y la maldad, entonces, espero que otros y otras me digan qué tengo que pensar, qué tengo que decir, contra quién tengo dirigir mi cólera, a quién tengo que atacar, a quién debo traicionar. Las odio y los odio, porque dicen todo lo que yo he querido decir, hacen todo lo que yo he querido hacer… pero no me atrevo.

6.2.16

DE LA MISANTROPÍA, EL NARCISISMO Y LA PINCHE MARIHUANA

“I met a genius on the train today
about 6 years old,
he sat beside me
and as the train ran down along the coast
we came to the ocean
and then he looked at me
and said, -it's not pretty-.

it was the first time I'd realized that.”
Charles Bukowski


¿¿Quien tiene hijos?? En realidad no importa si los tienes o no.

Haciendo a un lado las creencias religiosas, teológicas, sociales y moralistas incluso; yo soy un fehaciente creyente de la vida, siempre lo he dicho y defendido. La vida en sí, es un milagro (biológico) una serie de eventos de evolución biológica que dieron rienda a la creación de la máquina perfecta, el ser vivo, a partir de una microscópica célula.

Bajo ésta premisa, considero entonces que el nacimiento de un bebé sin duda, debe ser un acontecimiento EXCELSO, MARAVILLOSO, GLORIOSO, éste bebé (el que sea) debería llegar a un mundo en el que todos los involucrados en su vida, estén en paz consigo, en donde sea bello que él haya llegado, que todos están felices de que haya nacido y por supuesto; que sea una celebración así la llegada de cada uno de nosotros y que nuestra llegada al mundo terrenal no sea solo una cifra…

Hoy que fue un día de mucha reflexión, debido a una serie de videos que estuve analizando acerca del universo, las cadenas tróficas y el planeta tierra, llegué a la página de un fulano que tenía una especie de CONTADOR CRONOMÉTRICO larguísimo que crecía cada medio segundo y que decía al calce: “CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL”.

La verdad me mal viajo ver su concepción del mundo a través de eso, sí, es verdad que cada momento está naciendo alguien en alguna parte del mundo, pero bajo ese criterio; somos sólo una cifra, un nacimiento gris en un lugar donde todo es, registro, conteo y papeleo, y los cuartos son todos iguales y nuestra existencia se limita a ser eso; un registro, una estadística.

Bueno. No me gusta eso, aunque así sea, me niego a creer que se trate de algo similar. En EL MUNDO DEL TECUÁN, no todas las noches son oscuras, muchas están llenas de estrellas; en mi mundo los bebes son un milagro, no una eventualidad (por eso no tengo), en éste mundo; a la televisión se le pueden sacar los muñequitos de la pantalla y jugar con ellos, en mi mundo todos somos sexys a los ojos de un “dios” bondadoso y buena copa, y los gansitos sólo se pueden comer congelados; los bebés tienen un nombre propio, una identidad única, maravillosa y respetable, no sólo un número. 

Ok. ¿A qué viene todo esto? Bueno…

Así cómo a Bukowski. Una persona pequeñita me enseñó a ver lo bello que existe en cada persona. Una tarea de verdad difícil para mí.

Les aseguro que también a ustedes les resultaría más fácil pensar en una lista de veinte insultos hacia una persona del mismo sexo, que, todo lo contrario; hacer una lista de cualidades y halagos. (¿No me creen? Háganlo)

En efecto es muy simple hacer una lista de 10 defectos de carácter que tiene una persona del sexo opuesto a que se tratara de una lista de halagos y de cualidades. Parece que se nos educó para ser unos culeros, para ser duros, desde pequeño se te enseño que “si no chingas, te chingan”, a que hay que temerle al amor, a “ser orgulloso” (¿y orgulloso de que?) y yo la neta ya me lo estaba creyendo, aún me dan mis ataques de hecho. Hubo un tiempo que comenzaba a juntarme con más gente mierda que se sentía chingona demeritando lo que hacían otros.  Y eso me hacía sentir “poderoso”.


La verdad es que no me gusta criticar, que si lo he hecho es por qué me he sentido desplazado y maltratado (pinche ego, ya sé), pero descubrí que ya no hace falta, ya no peleo: soy más resistente. Hoy alguien me dice “arderás en el fuego eterno” … yo sólo sonrío - “qué bueno, adiós”-.

Decimos “el mundo es cruel” y no es cierto. El mundo es un lugar hermoso, su esencia por sí misma es la paz, lo correcto sería decir “hay mucha crueldad en el mundo”. Y esa crueldad es realizada por ti CULERO, SÍ; POR TI, no te hagas pendejo, ni te agaches… 

Hace poco discutía con un amigo acerca de la dignidad. En la secundaria, generalmente en la materia de “valores y/o civismo” se me enseño que todos somos personas DIGNAS. Todos sin excepción. No entendía del todo por qué pero me quedo claro eso.

Él, (el amigo) me decía entonces que no, que la dignidad se puede llegar a perder y me puso una larga lista de ejemplos pendejos; entonces le dije que eso sería como decir que hay personas que valen más que tú, que ellos se merecen lo que nosotros no por qué son más dignos (o indignos según el caso), que es posible incluso tomar un curso para aprender a ser una persona digna, pero a pesar de eso podría con el tiempo ir perdiendo la dignidad poco a poco (habría que revisar el concepto de dignidad de este pendejo) decir por ejemplo: -“no eres digno de mi atención”- eso sería como ponerse en un papel de superioridad, y ¿dónde queda entonces la igualdad que se supone que existe entre nosotros?

Decir entonces: - “es que es un asesino, es que es una puta, es que es un ratero, es que es un joto, es que es un mendigo…”- bueno, y ¿qué si ese mendigo, o asesino, o ratero, o joto, o puta fuera tu hijo?

Veo en sus perfiles tantos asomos de doble moral, que me he dado cuenta lo dañino y corrosivo que son estos medios de comunicación, a tal grado que me he vuelto un tanto misántropo… detesto a la gente pendeja, a la que sabe escribir, pero le da “hueva” escribir bien, a la patética persona que expone (sin darse cuenta) a gritos lo patética que siente que es su vida y exclama atención mostrando sus chichis, sus nalgas, lo que come, lo que bebe, lo que compra, lo que tiene…

Celebramos por medio de una foto las luchas y logros ganados de personas que realmente estuvieron dando la cara, en el frente de las líneas de fuego, nos colgamos milagritos de otras personas, nos regodeamos cuando triunfa el bien cómo si hubiésemos hecho algo nosotros algo por sólo compartir un puñetero estado y nos lamentamos de que triunfe el mal… pero evadiendo la responsabilidad de la misma forma.

“huy que triste que mataron a ese perrito, malditos deberían encarcelar a los que maltratan a un animal… oh mira, que bonito pug”

Tengo muchas cosas en la cabeza, la neta en este punto mis ideas ya se fueron esparciendo en el cosmos que me proyectan las dosis de  tetrahidrocannabinol consumido desde hace un par de horas…

Jajajaja, lo cuál me hace pensar que mucha gente no tiene ni idea de lo que es el TETRAHIDROCANNABINOL pero se regodea compartiendo imágenes de cáñamo cómo si fuera lo más “cool” de sus patéticas vidas.

(tiempo de reflexión)

Y ahí llegamos al punto.


Todos somos el “bebé” de alguien; aunque estemos feos, botijones, enanos, etc., etc. Somos la cosa más preciosa que existe para alguien en el mundo.

… bueno, he conocido excepciones, gente a los que no los quiso nunca ni su madre… (pero esos casos son excepciones muy cabronas)


Para ALGUIEN sí va a ser diferente el mundo si dejamos de estar o de “ser”, y bueno, creo que por eso es que todos somos personas dignas, por qué aunque por ahí haya alguien que diga que “ese wey no merece lo que tiene”, yo digo que esta pendejo entonces, que su lógica está a medias, a estas personas habría que decirles solo “¿y si fuera tu hijo, tu padre o madre, TÚ MISMO entonces sí se lo merecería?”

Decía A. J. que si no amas a toda la humanidad, entonces no amas a nadie en realidad.

¡Vaya que tenía razón este cabrón! YO, LOS ODIO A TODOS…

TECUAN