27.11.11

DEL AMOR TEMPORAL, LA FELICIDAD Y THE MATRIX...

Este post tiene una dedicatoria especial, gracias por leerme, gracias G.


...La gente que me conoce sabe que soy un acérrimo fanático de la saga de películas “THE MATRIX” a tal extremo que me se los diálogos de la mayoría de los personajes de todas las películas y disfruto mucho sentarme un día de calma a ver las 4 (si, son 4 con el “Animatrix”) y seguir la película repitiendo los diálogos candentemente… obvio; esto lo hago solo, ya que lo intente una vez con compañía y termine hartando a la gente que se encontraba conmigo, digamos que esta actividad es uno de mis “hobbies” más personales y aunque en este momento eso no tiene gran trascendencia, solo quiero que la gente que no me conoce tanto se vaya familiarizando un poco más con su servidor para futuros comentarios y/o referencias…

Bueno, volviendo al tema específico del que quiero hablarles, estaba viendo la primera parte (para mi gusto, la mejor) “THE MATRIX” mientras trataba de hilvanar un buen post para deleite de ustedes respecto al amor y el tiempo que dura este, impulsado por una serie de circunstancias sentimentales por las que estoy pasando en estos momentos y mientras le daba forma a las ultimas frases y párrafos de mi post, como una luz reveladora, justo en el momento que estaba por publicar mi atención se vio atraída profundamente por la escena en donde “Cypher”, el traidor de la historia, tiene una charla amena pero muy precisa con el “Agente Smith”, el villano indiscutible de la saga, en donde estaban fraguando un trato que satisficiera las necesidades y ambiciones de ambos villanos.

Dicha escena, es la siguiente, por si no saben de qué parte hablo:


Gracias a esa revelación, producto de esa escena que tiene una mezcla de comicidad, sarcasmo, acidez, pero sobre todo mucha verdad me di el espacio y tiempo necesario para abrir un (*paréntesis) y complementar mi verbo sobre el amor, mezclándolo con aquel tema que he tratado durante mucho tiempo y que no dudo ustedes también han tratado de escudriñar: la felicidad.

Sin ser tan extremistas como en la película, propongo a ustedes que se planteen la misma tesis que su servidor; supongamos que existiera una máquina, aparato, equipo, computadora; llámenle como quieran, que nos pudiera ofrecer cualquier experiencia que deseáramos. La que sea!!

Imaginemos que por medio de aparatos y cables conectados entre nuestra cabeza y un procesador, se estimulara nuestro cerebro para que pensáramos y sintiéramos nuestras más ocultas y personales fantasías. Estimado lector, defina pues su cosmovisión fantástica; un grupo de neurocientíficos apoyados con tecnología van a hacer posible todas las ilusiones que nos hagan sentir feliz –de por vida… pero bajo una sola condición: estar flotando en un tanque conectado con electrodos al cerebro, o recostados de por vida en una cama conectados a un procesador de “fantasías” para con ello poder “vivir” el simulacro de la vida perfecta.

¿Ya lo imaginaron? Bueno, ahora contesten dos simples preguntas:

• ¿Se conectarían a esta superdotada máquina de por vida preprogramando de antemano todas sus aspiraciones y fantasías?…

• De hecho, la pregunta solo es: ¿hay algo más importante cómo propósito de vida que ser feliz?


“La vida real, compleja, es un propósito en sí mismo. Queremos hacer y experimentar, no solamente sentir el placer de hacerlo”

Investigando un poco al respecto, encontré que el creador de este experimento en 1974 fue el filósofo Robert Nozick; y él concluyó que la respuesta a la primera pregunta es: “NO” nadie en sus 5 sentidos y con pleno uso de sus facultades físicas y mentales, estaría dispuesto, por muy prometedor que sea, a estar conectado de por vida a una máquina, por muy cómoda que esta sea, y la respuesta a la segunda pregunta es: “HAY MUCHAS COSAS QUE IMPORTAN MÁS QUE SER FELIZ.

El dilema es simple: ¿qué es preferible, una vida simulada llena de placer y felicidad o una vida real marcada por experiencias diversas de desesperanzas, esperanzas, alegrías, amor, desamor, desilusiones, éxitos parciales y sueños incompletos?

A pesar de lo atractivo y seductor de “ser feliz para toda la vida”, muchos preferimos la vida en su existencia plena (con altas y bajas) en vez de la felicidad bajo electrodos.

La vida perfecta es imposible y el cerebro no está preparado para concebir tal idea, esta no es conclusión mía, también la extraje de MATRIX, pero realmente es certera la moción.

La vida real, compleja, es un propósito en sí mismo. Queremos hacer y experimentar, no solamente sentir el placer de hacerlo. Sin duda, no todos somos como los otros. No todos piensan como Nozick o como su servidor. Hay muchos que su vida se conecta a “electrodos sustitutos”. Ingieren drogas que afectan la bio-química de su cerebro; asumen religiones que son un placebo contra la ansiedad que representa el sentido de la muerte (o el significado de la vida). O más común, “viven en piloto automático” las horas de su cotidianidad, para no sentir lo profundo de una vida compleja, le dan más valor al dinero y creen que su felicidad radica en la acumulación del mismo.

Para los que renunciamos al “tanque de la felicidad virtual”, la plenitud (felicidad) debe conectarse con la intención de pensar, de sentir lo que se piensa, de pensar lo que se siente. En suma: concientizar que el propósito de la vida es una vida con propósito. El propósito implica estar vivo. Estar vivo conlleva vivir una vida examinada.

Los terapeutas – desde masajistas y estilistas hasta pseudopsicólogos y “coaches” personales – mantienen la falsa creencia de que la gente debe sentirse bien consigo misma todo el tiempo, una noción que la ciencia socio-biológica encuentra fatalmente irreal. Todos tenemos contratiempos o días malos, periodos de tiempo difíciles, días de “mala suerte”, días de “depre”. Y esto es sanamente necesario.

Cualquier masajista, maquillista, futbolista o florista puede ser autoridad para “terapiar” a un necesitado. Nuestra búsqueda de sentido de la felicidad inmediata y la fragilidad de nuestra natura humana hacen de la terapia un sentido sin sentido psicológico. Eso es en lo que ha caído la comprensión de la psique y el sentido de la vida.

La psicología optimista sostiene que se vive mejor cuando se es entusiasta que cuando se es pesimista (¿obvio?). Pero, qué tanto nos engañamos con la visión de que todo está en la mente y la realidad no existe.

Y aquí es donde enlazo lo anterior con el verbo que estaba preparando y verán, tiene mucho que ver con ese asunto tan buscado.

Quedamos entonces que psicológicamente estamos diseñados para “sentir” todas las variedades emocionales que nos “regala” la vida. Para el caso de su servidor, últimamente me he envuelto en problemas de carácter emocional, sentimental y de líos de amoríos. He visto, he mentido, he engañado, me han engañado, me han hecho añicos el corazón y he vuelto a “surgir de las cenizas”, este es un proceso constante que aunque ya se conoce el procedimiento, no deja nunca de doler o causar estragos en nuestras vidas.



¿Por qué el amor entre una pareja va desapareciendo con el tiempo?

¿Por qué al principio de una relación hay más entusiasmo por ver al otro/a, más deseo, más tolerancia, más renuncia a preferencias propias?

Hay muchas respuestas al respecto y podríamos clasificar las respuestas de la siguiente manera:

1. Al principio de una relación las personas buscan un amor romántico. El cual sólo prospera con la novedad, el misterio y el peligro y se disipa cuando la novedad se transforma en un hábito y lo que era misterio se convierte en un encuentro común.

2. Tener una pareja no sólo implica compartir la vida con alguien, uno de los incentivos prioritarios para buscar pareja es tener placer. Lo que en su forma cruda no es más que encuentros íntimos. Pero cómo reconciliar el deseo inicial con otras características del amor romántico como el compromiso y la admiración. Por ello, el amor inicial tiende a degradarse hacia la amistad dejando de lado la pasión o pasa sólo a convertirse en encuentros sexuales.

3. El amor romántico desaparece porque se inspira en “el/la hombre/mujer de mis sueños”, en un ideal. Nos enamoramos bajo una fantasía, las mujeres buscan su príncipe y los hombres a su princesa pero el tiempo nos lleva a la realidad y a la desilusión.

4. La razón es que los tiempos cambian y la gente también. Añoramos estabilidad en nuestra relación, pero con el tiempo las circunstancias nos llevan a modificar intereses, gustos y preferencias. Sin advertirlo, escuchamos las frases “cómo has cambiado” “no conocía esto de ti”. El hecho es que muchas personas buscan enamorarse para darle sentido a sus vidas. A menudo funciona, por un rato.

Existe algo de verdad en cada una de las explicaciones anteriores. En general, coinciden en que no es que el amor romántico mismo tienda a desaparecer, sino que nos esforzamos por degradarlo. Y la psicología evolutiva podría decirnos por qué.

A lo largo de nuestra evolución, los animales humanos hemos desarrollado diversas estrategias para sobrevivir y reproducirnos. Una de esas estrategias es asumir riesgos. De la misma forma en que el miedo es una lección instintiva heredada de nuestros antepasados para correr y no ser devorados por un depredador, tomar riesgos le permitió a nuestros ancestros reproducirse, tener poder y experimentar con mayor variedad de presas, alimentos, climas, ambientes, etc. Así como el riesgo, la adrenalina y el peligro son parte de la natura humana; en otro sentido nuestros instintos nos delatan la necesidad de sentirnos seguros.

La antropóloga Helen Fisher encontró mientras recopilaba datos sobre el divorcio en distintas sociedades unos patrones sorprendentes. La mayoría de las parejas se divorciaron alrededor del cuarto año de matrimonio. Considerando lo anterior, Fisher sostiene que a lo largo de 3.5 millones de años el animal humano aprendió a convivir en pareja, cuando menos por cuatro años, el tiempo suficiente para que su descendencia tuviera cierta autonomía. A lo largo de esos millones de años afirmaron sentimientos de apego y seguridad, y se configuraron los circuitos cerebrales que dieron origen al cúmulo de emociones que hoy llamamos amor.


No es coincidencia que la palabra “familiar” provenga de la palabra “familia”. De lo que es nuestra sangre y nos da confort, paz. Nuestra natura exige certidumbre, familiaridad, protección, en fin: la ilusión de la estabilidad.

Entonces por un lado necesitamos aventura, riesgo, misterio, sorpresa y por otro estabilidad, seguridad y certidumbre. La ansiedad no nos permite plena reproducción pero la monotonía tampoco, nuestro cerebro está programado para revivir la aventura del amor romántico.

Los animales humanos necesitamos de ambos: seguridad y riesgo, lo familiar y lo novedoso. A veces encontramos formas para perseguir estas añoranzas de forma alterna, a veces en balance delicado con la pareja. Debido a que nos jalan en direcciones opuestas, un balance entre seguridad y riesgo únicamente puede ser un equilibrio transitorio.

El amor romántico nos atrae con su promesa de seguridad. Sin embargo, el amor no es estático “no puedes simplemente ponerle pausa a tus instintos” si hoy te satisface la seguridad es porque no hace mucho corriste un riesgo y quizás mañana querrás hacerlo de nuevo. El amor romántico es, por naturaleza, desestabilizador.

Con base en lo anterior, la pregunta realmente no es —como lo manifiesta la mayor parte de la literatura en la materia— ¿por qué nos enamoramos?; sino ¿cómo lograr mantenernos enamorados?

La respuesta es concebir que el ser humano es cambiante y en el proceso exige, por un lado, reinventarse y re-crear fantasías, pasiones y aventuras con la persona querida, por otro, procurar, cuidar y ofrecer la estabilidad y el espacio-tiempo de seguridad y certidumbre que nuestra natura demanda. Una lucha de fuerzas opuestas, un equilibrio —que si se logra— tiene lo mejor de los dos mundos: “pasión y certidumbre, hasta que la muerte nos separe”.

Lo relevante, es que muchas veces, el camino fácil a la felicidad, no nos provoca. Aún más, para la neurociencia y para su servidor, como siempre yo, lo he defendido; la felicidad no es el fin del trayecto, sino el trayecto mismo.

Hagan cuentas… cuanto duraste con tu ultima relación?? 3, 4 años?? Estas en el promedio preciso para pensar en renovar votos o buscar otra historia y esto es científicamente convincente… ante esta moción, no manchen, yo solo cumplí 7 meses y se aburrieron de mi… creo que el problema está en que disfrute la relación como si fuera la última que podría tener, eso no es malo, pero a veces uno no considera que el amor es libertad, el amor es tenerlo todo sin que se posea nada…



Hay que Influir, Soñar, Seguir, Cesar, Besar, Lograr, HERIR, Obrar, FINGIR, MENTIR, Luchar, Vencer, AMAR, Huir, Ganar, Callar, Tomar, ODIAR, REÍR, Ceder, Rogar, LLORAR, Rehacer, Vivir, Morir… PORQUE LA VIDAES RÁPIDA, demasiado RÁPIDA!!!!

CON EXTREMA SINCERIDAD, PARA G. …

 TECUAN



Detengo el mundo cuando me miras, como me miras y robo suspiros al cielo por tus besos, pienso que no puedo amarte más y sin embargo, cada instante te amo más y más.

Quisiera tener una fuerza de voluntad inquebrantable para poder negar que te quiero con el alma, pero no soporto más, y no puedo renunciar a ti porque te amo.