11.7.12

DE ESAS CITAS CON LOS "EXTINTOS" CHAPERONES...

Déjenme hablarles de historia... ¿Saben lo que es un chaperón?

Aún recuerdo aquella tarde…

Tecuan: Entonces nos vamos a ver?
Maykiky: Primero ponte de acuerdo con mi prima para saber si va a ir...
Tecuan: Ja! Qué ¿si no va ella, no vas tú?
Maykiky: No me lo tomes a mal pero prefiero salir con chaperona…
Tecuan: (mentalmente) NPM… (no piensen mal, significa: No, Por Mi, no hay problema) XD

Esa experiencia por contarles la mas reciente, pero ya alguna otra vez me había ocurrido algo similar, YO IBA EN LA SECUNDARIA!!

Posiblemente para los rapsodas de tiempos pasados, sepan a que me refiero con la palabra “chaperón” pero, gracias a no se quien, pero GRACIAS esa palabra esta dejando de, si no existir, sí de ejecutarse, la palabra chaperón quedará en los anales de algún pobre urbano que tenga historias que contar a sus nietos, ya que en la actualidad esa ejecución, tortura; esta muy lejos de ser lo que realmente significaba…

No todo tiempo pasado fue mejor. Al menos no lo fue aquel donde campeó el chaperón, el más extraño de los monstruos vampíricos. Un ser que para sobrevivir y justificarse, siempre necesitó del auxilio de dos personas. El enamorado y el enamorador.

El chaperón es un fósil que a nadie le interesa ya. Excepto creo, a Maykiky nada más


A diferencia de los extintos dinosaurios, reivindicados fervorosamente por las nuevas generaciones, ningún canal de televisión se atrevería a producir un programa especial para recrear, a través de complejas técnicas de animación, las condiciones sociales y ambientales que sirvieron de hábitat a una presencia tan molesta.


No olvidemos que el chaperón era la persona asignada para acompañar a los jóvenes, enamorados o no, en su cita romántica; eran una especie de “sensor del sexo”, una alcabala del deseo, que debía evitar a toda costa cualquier brote de lujuria que pudiera dar al traste con el honor familiar.


Por lo general, las labores de espionaje doméstico recaían para las mujeres, en los hermanos o primos cercanos. Únicamente ante la ausencia de los varones, los padres accedían a delegar estas responsabilidades en las hermanas de la chica cortejada o prima.


Numerosas víctimas relatan que los chaperones más difíciles de burlar eran los familiares celópatas, porque los animaba un instinto protector basado en un exacerbado sentido de la propiedad. El apego fraternal funcionaba como una muralla infranqueable ante la andanada de sobornos y tentaciones.

Este fenómeno cultural, al igual que tantos otros, hunde sus raíces ¿en dónde creen? Claro, en el machismo, atrasado sistema de creencias que aún mutila el desarrollo de la personalidad de ambos sexos, y niega, en el caso específico de las mujeres, el goce pleno de la sexualidad. Visto bien, a lo largo de su historia, el «chaperonismo» demostró ser, más que una figura de tutelaje, un sistema oscurantista de vigilancia y delación.


Un trasfondo cuasipolicial que allanó el camino para que el oficio del chaperón, en más de una ocasión sirviera de acicate y pretexto para la aparición de prácticas turbias, corruptas, poco transparentes. Muchos árboles genealógicos deben lo torcido de sus ramas, o lo escaso de su follaje, a la abundancia de personajes venales que se hacían de la vista gorda a cambio de dinero, regalos o favores. De hecho, cuando oímos el anecdotario de las víctimas nos cuesta bastante diferenciar la figura del chaperón de cualquier otro desacreditado personaje de la picaresca criolla, como, por ejemplo, los agentes de aduana o los fiscales de tránsito. Tan parecido a la realidad…



El declive de los antiguos custodios del honor familiar se confunde con el auge del movimiento feminista, cuando mujeres diferenciadas por su estrato social, pero emparentadas por el peso de un mismo trauma —una juventud agostada por las secuelas de un sistema machista de vigilancia—, lograron convertirse en madres capaces de sustituir, en sus respectivos hogares, ese denso entramado de prejuicios sexuales que la mayoría de los hombres se empeñan en hacer pasar por tradición. Este escrito surgió en los recónditos lugares de la memoria del TECUAN debido a ciertas vicisitudes que se han ido presentando, cada que su servidor se ha dado a la tarea de “conocer” a una chica que se cruza en su camino. A décadas de su desaparición, debemos apuntar que todavía se pueda palpar cierto reconcomio histórico por los chaperones. Muchas damas no olvidan los abrazos no dados, los besos que no fueron; las palabras que al ser pronunciadas con cálculo y disimulo no pudieron conocer la belleza de la frase espontánea, directa y sincera. Algo se perdió para siempre en aquella pasión obligada a expresarse en lenguaje cifrado.


Imaginen a Tristán e Isolda, Romeo y Julieta, Dante y Beatriz, obligados a hablar por walkie talkie: “Copiado. -Positivo el procedimiento. -Cambio y fuera.”


Los tiempos han cambiado, así como también los modos en que los enamorados acostumbran a estar juntos. Un chaperón del siglo veintiuno tendría que ser, forzosamente, un hacker al estilo “swordfish” para sabotear un chateo entre dos ciberamantes o impedir que el novio le dé un toque indiscreto a su hermana a través del Facebook. Ante la ausencia de un sujeto físico, abunda quien desea transformar a los teléfonos inteligentes en versiones “on line” de los vetustos chaperones, dadas las innegables potencialidades del sistema de localización GPS y el envío de fotografías por mensajería interna. Sobra decir que son pataleos de ahogado.



Stalkers, Paparazis, redes sociales, realities shows y perreos reguetoneros ponen de bulto, cada día más, el exhibicionismo que caracteriza a la llamada posmodernidad. Los seres celosos de su intimidad poco o nada tienen que decir a un colectivo que encuentra su principal fuente de información y divertimento en los excesos de Charlie Sheen, Lindsay Lohan, Lady Gaga o el chileno Shakiro. Por mucho que nos desagrade, en la sociedad del espectáculo todos aparecemos en Google. Y es que quien menos “puja”, termina pujando un video con cien mil visitas en Youtube.


La verdad es que desconozco esa FIJACIÓN DE CIERTAS MUJERES de seguir creyendo en la necesidad del chaperón, comprendo que caras vemos “intenciones” no sabemos, pero realmente es incómodo conquistar a quien sea con tremendo estorbo colgado de los hombros “if You know what I mean”…


En fin, parafraseando la conocida copla “gobiernera y turiferaria” de Cristóbal Jiménez:


«Puede volver Cantinflas con Capulina y Tintan, pero los viejos chaperones, esos nunca volverán».

A menos que lo exija nuestra querida Dulcinea y ahí sí, ni como evitar tal tragedia!!

TECUAN

2 comentarios:

  1. Anónimo25.7.12

    Jajajajajajajajaja mi hermano Coco siempre fue un chaperón vendido!!!!! Me da mucha risa el como lo dices!!!

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  2. Wooooooooow! Estoy en shock que menciones mi idea del chaperón! Jajajaja y tú bien sabes que tmb querias a mi prima de chaperona.. Para eso del momento incómodo! Perdóname por ser una "amante a la antigua" que no sabia tus oscuras intenciones, quién diría que contigo iba a tener platicas excelentes!! Jajaja!! Pero no puedo creer que me quemaras de esta manera... Pero aún así apoyo la idea de los chaperones aún, depende la situación... Pero por qué no también cuentas que no tuvimos chaperón al final de cuentas ehh??? Jajajajaja me dio risa, enojo, pena, pero más que nada me sacó una sonrisa!!! Jajaja

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