20.11.12

EL TECUÁN, DIVAGANDO...


Pasa que en los últimos dos meses y medio, más o menos si no me equivoco; se han presentado una serie de “vicisitudes adversas”, en todo lo que acontece mi existencia, desde mi situación laboral, emocional, económica, sentimental, psicológica, social, mental, etc.
Toda esa “parafernalia” de chingaderas se ha regado como una especie de virus letal que estaba corroyendo mi paciencia a tal grado de querer mandar al carajo todo cuanto tengo, hablando de amistades, bienes materiales y familiares; sí mandarlo TODO a la chingada y decir: 


“saben que, me largo. Mi misión en la vida es ser ermitaño, renunciar a los placeres mundanos y todo bien material e ir vagando por la vida predicando mi evangelio, comiendo lo que pueda y cuando pueda, pero llenando de sabiduría al mundo con mi palabra”

No miento, muchas veces he estado o estuve tentado a hacerlo, ¿por qué? Alguien me dijo que se trataba de vil cobardía el dar la espalda a todo cuanto sueño te has propuesto y cuanto esfuerzo has realizado por tener un carro, una casa, un terreno en Irapuato, que se yo, cosas materiales y banales que demarcan, la sociedad y el “estatus quo” como correcto. 

Pero difiero, creo que la razón por lo que no lo he hecho, es la verdadera cobardía; hacen falta muchos (perdonen la expresión) HUEVOS!! Para tomar la decisión de renunciar a lo material y conectarte con gaia, a lo Gandhi casi, casi.

Por un lado existe la comodidad que te brinda el tener un estado económico confortante, ropa, comida, "gadgets” tecnológicos, viajes y todo aquello que demarcan los dogmas sociales como “apropiado” para tener una vida placentera, cómoda y estar a la vanguardia. A mi nunca me han interesado las personas por las marcas de ropa que usan, el color de sus pieles u ojos, lo abundantes que son sus billeteras o lo estéticamente “bellas” que sean. Me interesan la inteligencia, la elocuencia e incluso la ignorancia sincera (esa que se maravilla ante todo y que no se cansa de aprender nunca).

Por otro lado se encuentra esa parte de mi que ha aprendido que la felicidad se encuentra en los amaneceres, en el número de sonrisas que puedas propinar a conocidos y extraños; más no, en las marcas de ropa que adornan tu closet, la marca de tu auto o la belleza de tu pareja (sentimental, sexual, cónyuge, etc.), si esa parte de mi valora más el amanecer rodeado de vegetación y ese olor fresco de madera mojada a causa de la bruma de la madrugada sobre suelo fértil ¿Qué chingados me tiene atado a esta versión de “sociedad” en la que vivo?

La razón, creo; tiene nombre…

Pero no se los voy a decir (no sean chismosos), mucha gente y muchas veces me preguntan: 

Gente: Tecuán ¿tienes novia?

A lo que yo respondo sinceramente:

Tecuán: … ¿ehh?

Me desespera hacer planes, programar un proyecto y que de pronto todo cúmulo de ideas bien enlazadas y coordinadas, se vengan abajo a causa de una situación fortuita o circunstancia jamás pensada. Entonces; de pronto, todo plan se viene abajo sin siquiera haber comenzado “a la chingada” maldigo.

Entonces después de dar muchas vueltas a la manzana… otras cuantas a la naranja, pasando por los melones, entreteniéndome en la papaya, pero eso sí, evitando siempre el plátano, respiro profundamente y contemplo en el aire, cómo si fuera una nube de muchos colores que te otorga una sensación placentera por tal descubrimiento… una conclusión final.

NO SE PUEDEN, NI SE DEBEN FORZAR LAS COSAS JAMÁS. A veces tenemos prisa por llegar a ese objetivo que creemos nos traerá felicidad y dicha, nos desorbitamos a tal grado por conseguir ese objetivo que hacemos a un lado los pendientes que no dan plazo, esos que vienen, cobran el adeudo y se van sin importarte como te dejen, si tenias para pagar la deuda o no. Solo toman lo que les pertenece y “bye, bye…”. No existe plazo que no se cumpla, y con esta sentencia cuadramos todo lo que digo.

Si estas esperando que algo se dilate en llegar, mientras más ruegues que se detenga el tiempo, este parece burlarse de ti avanzando más rápido (y esto es figurado).

Por el contrario, si esperas con ansias algo, quieres que suceda ya!! parece que el tiempo se detiene, pasa a un oxxo y no sabe decidirse entre comprar cerveza oscura o clara, cacahuates o papas, hace una recarga de 50 o 100, sale del oxxo y todos los semáforos le tocan en rojo al pinche tiempo y tú… bueno, tú harto de esperar eones… miras el reloj son las 19:42 vas al baño, orinas, te tiras unos cuantos pedos, te lavas las manos (higiene ante todo), vas a la cocina, revisas el refrigerador, ese mismo refrigerador que revisaste 10 minutos antes y que contiene exactamente los mismos frascos inservibles y “topers” con comida de no se cuándo, que nada de eso saciara tus ansias, prendes la tele, ves la programación del día y te das cuenta que “no hay nada que ver” en ese sistema de pago que contiene chorrocientosmil canales a precio de “plan básico”, te hartas de estar cambiando de canal sin mirar nada, recorrer los chorrcientosmilcanales tres veces y vuelves a mirar el reloj… SORPRESA son las 19:45.

¡¡Me cago en la hostia, en el padre, en la madre, me cago en el pan, en el vino y en toda la corte celestial!!

El tiempo una vez más se esta burlando de ti… o no será que realmente ¿te estas burlando de ti mismo?

NO FORCES NADA, no te apresures (me repito constantemente), pero la cuestión es la misma una y otra vez: 

¿Qué hacer?

Quiero tanto y tengo tan poco que ya no sé si lo que quiero realmente quiero… y no hablo de cosas materiales y superfluas, hablo de cada uno de esos detalles “insignificantes” que le dan sentido a la vida.



TECUÁN