17.3.11

LAS MENTADAS DE MADRE...

Lo se, lo se… estaba muy abandonado mi blog, pero es el trabajo, no hay excusa, me encanta venir a desahogarme aquí, solo que a veces las exigencias del trabajo no me dan tiempo de nada mas… hablando del trabajo, desde hace tiempo que decidí moverme de mi casa al trabajo utilizando el transporte público en lugar de mi carro, ya que esto en una ciudad como la de México, con uno de los más elevados índices de autos per cápita del país y en la que en la mayoría de los casos te tratan según el carro que traes, era como que una idiotez en el sentido de pérdida de tiempo y dinero, entre otras cosas no menos importantes.

Aunque bueno, también cambio mi manera de llegar al trabajo debido a que esa personita gloriosa que me daba un “aventón” todos los días pues ya no me quiere como antes y eso me obligo en cierta medida a cambiar de técnica. :( ... SAD BUT TRUE!!!! 

Pero la verdad me siento muy bien en esta modalidad, he leído en lo que va del año, fácil, unos 10 a 20 libros aproximadamente (mas de los que pude leer el año pasado), también he podido escuchar, de viva voz, que siente, que le duele, que le alegra, que le motiva y desmotiva, que le preocupa a una parte de la sociedad que había dejado de ver, sentir y escuchar; en fin, ha sido una experiencia maravillosa, me siento parte de la ciudad, parte de este universo y bla, bla, bla, todo eso. Y claro, para la salud también ha representado ventajas, de la vida sedentaria frente a la computadora de todos los días, y de la no acción casi total, pasé también a mover las “patas” para desplazarme.

Hasta ahí, todo ha sido una chulada de modus vivendi, pero de lo que ya estoy harto, es de las mentadas de madre que escucho todos los días, de los automovilistas, los transeúntes, los policías y transportistas.

Mentadas, los más y "súbete a la banqueta, pendejo", los menos.

Vivimos tiempos violentos, los zetas, la familia, el narco, el hampa y los policías corruptos, somos presa fácil de los depredadores del asfalto. Y que ¿qué podemos hacer?… pues nada, mentar la madre (MENTALMENTE) y retirarnos, si tenemos la dicha, la fortuna, suerte o gracia, de salir ilesos de alguna de las agresiones de esta plaga…

A propósito de “Mentar la madre”. Así me dijeron que se le llama, pero, ¿porque mentar la MADRE?

Según la Real Academia de la Lengua
Mentar: Nombrar o mencionar a alguien o algo.

¿Quién no ha mentado la madre? ¿A quién no le han mentado la madre? Ya sea con todas sus letras o con el claxon, la mentada es uno de los mexicanismos más utilizados, si no; el primordial… es como un mantra que se repite incesante en nuestra cultura.

Precisamente de tanto escuchar mentadas de madre, me pregunte, de dónde proviene esta peculiar expresión y llegue a la conclusión de que mentar la madre es, simplemente, mencionarla.

La diferencia con respecto a una mención común, es que ésta se hace dentro de un contexto violento, agresivo, peyorativo, humillante y con connotaciones sexuales, pues la mentada clásica es "chinga a tu madre", lo que equivale a "ve y ten relaciones sexuales con tu mamá". Esto crea por supuesto, un cuestionamiento al honor personal y familiar, así como también una fractura abierta del tabú del incesto, uno de los más sólidos que prevalecen hasta nuestros días. Con respecto al origen de esta expresión en la cultura mexicana, se dice que surgió durante la conquista española, cuando los invasores violaron (chingaron) a muchas mujeres y procrearon una generación de hijos mestizos bastardos, sin padre (no reconocidos) y por ende despreciados. De acuerdo a los antropólogos, este es un parte aguas de la sociedad mexicana y su psicología.

Por estas razones, al momento de agredir de palabra a otra u otras personas, nadie en su sano juicio elegiría como blanco del insulto a una tía, a una prima segunda, o a cualquier otro pariente que no sea la madre del sujeto al que vaya dirigido el manotazo verbal.

“¡Tu madrina se acuesta con todo el mundo!”.
“¡Tu prima es una Puta!”

En la segunda aseveración, tal sentencia, más bien sonaría a elogio para el interlocutor por tal motivo no resultaría agresiva.

Eso no prende a nadie; y gruñir algo así como:

“Ojalá y a tu suegra se la lleve la chingada”… despertará en muchos individuos muestras de gratitud más que deseos de venganza. (Ojo, dije muchos, no a todos!!!!)

De allí que la madre, sea por excelencia la presa preferida de las voces hostiles al momento de fastidiar.

Pero no siempre fue así. Me imagino que Adán y Eva se anotan como los únicos seres humanos en la historia que podrían jactarse de haber tenido a una madre libre de ofensas, por la obvia razón de que carecieron de ella (¿cómo habrá hecho la primera pareja para insultarse satisfactoriamente? Porque la frase; “¡maldito sea el barro que te parió!” carece del ímpetu desafiante que precisa todo buen insulto conyugal).

Entretanto, los primeros hijos del planeta, Caín y Abel, estaban de manos atadas para tomar a su mutua progenitora como objeto de los agravios, sin caer en la torpeza de blasfemar contra sí mismos. Aunque conozco hermanos que esta condición no les ha importado…

Creció la raza y, al mismo tiempo que los hijos elevaban a sus madres hacia lo alto del afecto, los adversarios sumergieron a las dadoras de vida en el caldo donde bulle la provocación junto a los ajíes picantes de las palabrotas.

Desde una bronca entre “microbuseros” de distinta ruta, hasta detrás del escenario donde la segunda finalista invoca entre dientes a la madrecita de la concursante ganadora del certamen: “miss chulada de vieja, buena para nada 2011”, la maledicencia gusta arrojarse sobre la reputación materna y así calmar su sed de venganza.

“Tan fea es tu madre que tu padre se la lleva al trabajo para no darle el beso de despedida”, o “es tan tonta que piensa que la menopausia es otro botón del DVD”, son recientes variaciones ideadas por los niños o los “geeks”, esas criaturitas que, pese al hipotético candor que los define, sorprenden con una creatividad pasmosa al momento de ensañarse con la madre del desafortunado muchachito que se niega a prestar sus tareas, el sándwich, un carrito o el gadget popular del momento, según sea el caso.
Pero el golpe maestro consiste en calificar a la mamá ajena como anfitriona de muchas camas. Según el “Inventario General de Insultos”, de Pancracio Cedrán, el término “filio de puta” apareció en Europa para el año 1202, época cuando el boquiflojo que no demostrara la veracidad del improperio era penado con varios días de cárcel. Aunque ya en la antigüedad, acota Cedrán, se empleaban insolencias afines para herir verbalmente al “hijo bastardo, ilegítimo y espurio, recordándole sus orígenes”.

Es el único bochorno con carácter universal. Me refiero a que se puede utilizar para cualquier cosa. Como ocurre cuando olvidamos las llaves dentro del carro o le pegamos la rodilla al horno, o estrellamos nuestro dedo menique en la pata de una estorbosa cama… mentar la madre es una insolencia arrojada al aire, sin destino, con meros fines catárticos y, sin duda, mucho más des estresante que una sesión de bailo terapia. Aunque no más efectiva que el sexo!!!! Pero si hay quien no pueda sexar… pues la solución final, es: exacto!! Mentar la madre…

HASTA EN LA CASA BLANCA
Según grabaciones de los Archivos Nacionales de Estados Unidos, Richard Nixon, quien en 1974 renunciara a la presidencia de los Estados Unidos tras el escándalo Watergate, admitió a un confidente que las labores de espionaje en la sede del Partido Demócrata perseguían “coger a ese hijo de puta'', en alusión al entonces senador Edward (Ted) Kennedy.

En lo que a la realidad mexicana concierne, sin duda esta práctica ha gozado de seguidores, hasta los confines de la nación: sin una mentada de madre de por medio, ninguna trifulca es digna de ser recordada, llegando apenas a trémulo retozo entre mamitas.

Yo no sé qué sentido le den ustedes a las mentadas de madre o las palabrotas que “florean” nuestro lenguaje, yo soy el más irreverente de los malhablados, me gusta usar palabrotas a diestra y siniestra, aunque se guardar recato cuando la ocasión lo requiere, tal es el caso de este blog, no puedo escribir tantas barbaridades esas las dejo para el calor de una conversación con los amigos, mi novia, el encuentro sexual (que bastante bien hacen…) y las discusiones pueriles…

De esto, me viene a la mente un escrito de Octavio paz que no se me de memoria pero gracias al “copy-paste” lo traigo ante ustedes…

En nuestro lenguaje diario hay un grupo de palabras prohibidas, secretas, sin contenido claro, y a cuya mágica ambigüedad confiamos la expresión de las más brutales o sutiles de nuestras emociones y reacciones. Palabras malditas, que sólo pronunciamos en voz alta cuando no somos dueños de nosotros mismos. Confusamente reflejan nuestra intimidad: las explosiones de nuestra vitalidad las iluminan y las depresiones de nuestro ánimo las oscurecen. Lenguaje sagrado, como el de los niños, la poesía y las sectas.

Cada letra y cada sílaba están animadas de una vida doble, al mismo tiempo luminosa y oscura, que nos revela y oculta. Palabras que no dicen nada y dicen todo. Los adolescentes, cuando quieren presumir de hombres, las pronuncian con voz ronca. Las repiten las señoras, ya para significar su libertad de espíritu, ya para mostrar la verdad de sus sentimientos. Pues estas palabras son definitivas, categóricas, a pesar de su ambigüedad y de la facilidad con que varía su significado. Son las malas palabras, único lenguaje vivo en un mundo de vocablos anémicos. La poesía al alcance de todos.
-Octavio Paz-
YA PARA TERMINAR:
AUNQUE NO LA QUIERA!!
En fin, la uses o no la uses, recuerda que la solución más diplomática y menos riesgosa o embarazosa es responder con un escueto “¡la tuya!” esta no califica como desagravio, por lo que se acostumbra lavar la honra materna aminorándole el número de dientes al rufián que ose deslucir el prestigio de la mensajera de la vida.

Porque habrá sujetos que no quieren a su madre, pero ¡ay de quien se meta con ella!

TECUAN