ABOUT EL TECUAN


Su nombre por imposición; Jesús Heriberto Hernández Romero.
Su nombre por elección: IX TECUAN AKBAL MICTLAN

Nació en la ciudad de México el 3 de Agosto de 1982 bajo el signo de "LEO". Tres años antes del devastador terremoto. Le gusta dormir solo, escuchar buena musica, leer, tocar la guitarra, intentar escribir cosas interesantes, aunque siempre escribe solo las cosas que siente.

Vago de vocación y por convicción, músico de tiempo libre, empleado de oficio, viajero frecuente, todos los estudios que realizó, y lo ayudaron a formarse profesionalmente como lo que es hasta hoy, los llevo a cabo en escuelas privadas: privadas de pupitres; privadas de pizarrones y un sistema educativo eficiente, privadas de un plan de estudios competente, en fin privadas de todo lo que una buena escuela debería tener.

Aun así, fiel a su espíritu, allá por el año del 2006 se graduó de la ESIME Zacatenco, bajo la mentira de “Ingeniero en Control y Automatización”, sin embargo se ve obligado todos los días a cursar por tiempo indefinido la carrera de la benemérita: “escuela de la vida”... De la cual, no se ha podido graduar, ni titular, es más, ni siquiera ha podido obtener buenas calificaciones debido a su condición Antisocial, si tendría que elegir una palabra para describirse, esta tendría que cambiarla a diario, por eso prefiere no decir nada de sí. Le enorgullece decir que es muy emocional y demostrarlo.

No cree en las etiquetas por eso no le asusta ser el mismo.

Muy frecuentemente sufre del síndrome del “spanglish” aunque intenta con empeño solo escribir en español.

Tiene la no tan descabellada teoría de que las personas dejan de leer a partir de la 8va línea por falta de interés o simplemente distracción, sin embargo, esto le importa un carajo y escribe textos que aburren a cualquiera. Breve y extenso a la vez. Diplomático y febril. Autómata y humano. Una combinación de antagonismos constante. Y es por ello que se ve en la necesidad de crear un espacio personal para criticar al mundo, su vida, y hablar de cosas innecesarias.

Cuando de mujeres se trata ha llegado a convencerse de que su gusto es relativamente extravagante. Si de físico hablamos no hay cosa que le seduzca más que la inteligencia innata. Puede caer rendido a los pies de una buena ortografía y alcanzar casi el orgasmo ante una sintaxis compleja bien enunciada. Le deleita a sobremanera escuchar hablar de literatura y religión, por más ateo, agnostico y falto de fe que sea en realidad.

Cambia con los ojos cerrados unas piernas largas por un léxico abundante, descarta a mano suelta un discurso redundante. Gana su ternura la ignorancia sincera, le provoca repulsión la verborragia canchera.

Una metáfora de amor le descoloca y es capaz de elegir la imaginación antes que una buena elección de peinado. La mujer más sexy es la puntual, y la más codiciada; la honesta. El maquillaje sólo ofrece una fachada trucha. Encuentra la bilateralidad completamente estimulante y a falta de un idioma, prefiere que hablen dos.

Evita a toda costa los estereotipos, aunque sabe admirar y reconocer la belleza fisica, sin que esta modifique su manera de "ver" a una persona.

La ambigüedad y el exoticismo son cualidades inadquiribles y completamente fundamentales en su pirámide de Maslow.

Y como dijo Girondo: “No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.!”