31.12.12

EDICIÓN DE FIN DE AÑO...


Se va un año más…

¿Cuántos asuntos pendientes se quedaron en aquél? No lo sabremos, hasta que el recuento de nuestros éxitos y fracasos los haga volar y los libere como palabras que se prenden al impregnarse y nos los muestre como dicho que se diga mientras se dice, no sólo mientras se piense calladamente, soterradamente, sigilosamente, penosamente.

¿Cuántos sentimientos atrapados, cuántas expresiones apresadas, cuantas palabras calladas, inéditas, innatas, cuántas acciones, cuanta vida se nos quedó en el tintero, cuántas promesas no cumplidas? Un último beso, una despedida, un saludo, una propuesta, una iniciativa, una llamada, una contestación. Un tintero y su tinta. Y en ella, la vida que no fue, como río que subterráneo fluye y no se ve ni se oye porque no se atrevió, porque en esta cueva se quedó.

Un tintero y su tinta que no se acaba, como este año que sí se acaba. Un tiempo que se consumió y consigo se llevó todas las oportunidades, todos los puertos y sus barcas, todas las salidas con sus entradas, todas las ventanas y sus vientos, todos los anhelos que enterrados fueron entre los restos de un suspiro que se nos atoró en un instante, en el del ansia, en el del tren que pasa sin detenerse en la estación de un mundo que se extravió porque un cometa su elipse alteró sin que hiciera nada esperando que todo pasara. Como si fuera el universo, como si de este recinto se tratara.

La vida que pasó frente a nosotros y que la dejamos ir como torero sin capote arrimado al precipicio de no haber hecho lo que se debía. El tiempo no perdona y te dice “éste es el último día de un año más en tu existencia ¿estás listo para el nuevo comienzo? Quizá no estás preparado, pero toda primera vez supone una promesa. Así es, el principio de un todo; el primer día de clases… El primer beso. El primer día en un trabajo nuevo. El primer vuelo en un avión, el primer día de un año que llega… Etc.

Las primeras veces son promesas. Las promesas; esperanza.

El inicio de cualquier cosa en la vida supone emoción, energía, ímpetu. Se trata de los zapatos relucientes, la puntualidad, la simpatía desbordante, el nerviosismo magnífico hasta -al que yo suelo llamar- ' el miedo bonito'. Inicia algo, y todos queremos dar lo mejor de nosotros mismos. Porqué "la primera impresión nunca se olvida".

El curso natural de la vida supone cambios.

Lo mismo pasa con los propósitos de año nuevo. El energético arranque disminuye, fastidia, aburre y se convierte en un pusilánime ensayo que termina, si bien nos va, en el mes de marzo.

A pesar de los cambios inesperados, y las vicisitudes no contempladas; estoy haciendo todo aquello que me propuse. Ni yo lo puedo creer. Y a sabiendas de que tal vez baje la guardia y todo este entusiasmo que raya en lo ridículo me colme de fastidio o derive en un absurdo, quiero proponerme un "no me importa". Eso no me detendrá, el miedo al fatídico final no me detendrá esta vez.

Es claro lo que decía el griego aquel. La vida es un río y sus aguas no son las mismas. Es cierto, pero no es exacto. Metes los pies y sigues sintiendo frío, los mosquitos te saludan y en general te sientes bien. Las aguas no son las mismas, pero el río que es la vida sigue fluyendo y trae todas esas cosas que valen la pena. Los llantos de los bebés, las risas de los niños, el ladrido de los perros...

Los que se han ido nunca regresan, es cierto, otros ocupan sus lugares. Incluso, uno mismo de repente está en el papel de ese ser entrañable al que no se ha dejado de extrañar un solo día. Me gusta saber que hay gente que me extraña, que necesita ver mis ojos, mi sonrisa, escuchar mi consejo y mis ideas locas.

Por eso, ahora hundo mis pies en el río, toco con ellos las piedras del fondo, cierro los ojos y sé que soy parte de la vida de todos los que han convergido en mi existencia.

Eso hace que me sienta contento, muy contento.

Hoy, mirando mi alma veo que tengo que hacer limpieza, es urgente que elimine las cosas indeseables, esos pensamientos desagradables que algunas veces envuelven mi vida. Quiero también limpiar varios tesoros que tengo abandonados….pulirlos y devolverles el brillo de sus años bríos.

Buscar por el fondo de los estantes los recuerdos que no use y no quiero pensar más… Tirar lejos algunos de mis sueños y muchas ilusiones… Tomar esas historias del presente que nunca utilice, risas que jamás compartí… Lanzar lejos la rabia y el rencor, esparciendo las hojas marchitas guardadas en libros que nunca abrí… Y poner a un ladito todo, bien ordenado.

Sacar todas las cosas de mi alma y arrojarlas al suelo, una cosa tras otra…pasiones ocultas, deseos oprimidos, letras horribles y toscas que nunca quise escribir, el sufrimiento de un amigo, recuerdos de días tristes…

Pero sabes… encontré otras muchas cosas…el trino de un jilguero en mi ventana… el nombre de una mujer, cuyas iniciales marcaron mi existencia y la eterna pregunta de lo que habría sucedido si tan solo me hubiera concedido “una oportunidad”… pero el tiempo pasa y no perdona, la vida es un circulo y siempre he tenido la certeza de que el circulo con ella se va a cerrar, para bien o para mal, pero el momento llegará…

Y como soy tan despistado, me fui distrayendo, mirando cada uno de aquellos recuerdos. Rogando a todo dios conocido que algún día ella vuelva por mi o conmigo

 Arrojé a la basura los restos de un amor que me hirió. Otras cosas que aún me hieren, las coloqué aparte. Después veré que hago con ellas, si las olvido o las envío al basurero.

Tome las palabras de furia y de dolor, que estaban en el estante de encima, pues casi no las uso, y las tiré fuera en el mismo instante. Recogí con cariño el amor reencontrado, doblé ordenaditos los deseos, coloqué perfume en la esperanza, pasé un pañito en el estante de mis metas y las dejé a la vista para no olvidarlas.

Estoy dispuesto a perdonar injurias pasadas, confiar en ti, si es que aún amas… pero el amor no se pronuncia, se demuestra en actos simples!!

Coloqué en los estantes de abajo, algunos recuerdos de la infancia, en el cajón de encima… los de mi juventud y colgando enfrente, sí, justo frente a mi cama puse mi capacidad de amar, para ser lo primero que vea justo al levantarme...

Y al terminar la limpieza, recordé que cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos y por eso la vida...vale la pena.
"

La soledad es necesaria para gozar de nuestro propio corazón y para comprender la teoría del “amar”, pero para triunfar en la vida y para que el amor llegue a nuestras vidas, es preciso dar algo de nuestra vida al mayor número de gentes.

Gracias A TODOS por estar aquí.

Solo quería enviarles un saludo y agradecer su convergencia en mi existencia… de no ser por lo que todos los días aprendo de ustedes y contigo (la envidia, el ego, la bondad, le serenidad, la calma, la paciencia, el orgullo, la mentira, la lealtad, la honestidad, la belleza, la perfección, la plenitud y mil etcéteras mas) este hato de carne y huesos seria sólo, un hato de carne y huesos… (No es error de sintaxis, es lucidez literaria)

Por eso estoy hoy aquí, gracias y de manera lacónica-sutil perdona mis injurias, agravios y entuertos… a veces solo me resulta mejor ser un verdadero cabrón.

Que la locura se apodere de todos nosotros!!!!
la locura  de la paz, en lugar de la locura de la guerra
la locura  de perdonar, en lugar de la locura de culpar
la locura  de querer ser yo, en lugar de la locura de querer que seas como yo
la locura de amar, en lugar de la locura de poseer
la locura de ser amado, en lugar de la locura de ser poseído
la cordura de sabernos  locos, en lugar de la locura de creernos cuerdos…

Allí está el tintero, pletórico y exhausto. Sólo falta la pluma, la del ganzo, del cuervo, la del cóndor, la de la libertad. ¡Qué venga y que llegue! Que este escondite horade, que esta cueva penetre y fecunde, que esta vida reinvente. Que la pluma venga sin venganza, que nos escriba y describa.

Que venga lo que venga, pero de todo aquello que venga; lo principal seas tú…

Mi pluma, mi estrella. Sólo la pluma que vuela, sólo la pluma que escribe e inscribe, sólo la pluma ligera, la de las palabras totales y torales, la pluma de la vida, la que canta, la que señala, la que ensueña y enseña, sueña y suena, la que en el tintero entra y rescata las oportunidades y los puertos y las barcas y las salidas y las entradas y las ventanas y los vientos y los anhelos y a la que todos nosotros que –colmados de bendiciones que nos ofrecemos- nos asimos como al año nuevo: al tiempo que se reinventa y reclama, como Fénix que no se muere, como Ícaro que no teme al sol, como Prometeo no huye al fuego.
Pluma, hoja y tintero, la pluma tu persona, la hoja mi existencia... el tintero ese frasco "intangible e invisible" que contiene el material que imprime en letras, anhelos, suspiros y enojos, la convergencia de tu vida con la mía.

La pluma, la misma pluma que nos hace volar escribiéndonos en la faz de este tiempo que se renueva, como año nuevo, como ganas de empezar otra vez, pero esta vez mejor, esta vez más ligeros, esta vez más alegres, como hombres y mujeres de buena voluntad. Así sea y que el tintero y su pluma les bien digan. Porque hoja, sin pluma y sin tintero es hoja que se lleva el viento.

Que venga lo que venga, pero de todo aquello que venga; lo principal seas tú…

En palabras menos literarias y complejas, TE EXTRAÑO, vaya que te extraño.

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS… o lo que sea que más les convenga.

TECUAN

21.12.12

MILAGROS Y FIN DEL MUNDO... (Nada que ver)


Creo que ya les había contado que tengo esa mala costumbre de activar el “modo crucero” cuando las cosas andan de un modo inefable, esto es; cuando mi estado mental y/o emocional, carecen de niveles adecuados que me permitan lograr algún tipo de convivencia con simples mortales (como ustedes), pues mi instinto de supervivencia, mi instinto “animal” me obliga a huir, me aleja y escapo a “otros mundos”, a otras realidades, a nuevos aires que le den la calma a mi mente y a mi pensar para encontrar un equilibrio que me permita volver a estar entre (todos ustedes) simples mortales y terrícolas desperdiciados…

Recientemente esa necesidad de abrazarme a la soledad se ha vuelto imperativa ya que hay cosas a las que mi mente -mi corazón incluso-, se resisten entender o me niego darles libertad de hacer, y ante la impotencia de no poder controlarlas he descubierto que el mejor remedio para enfrentar las cosas (aunque parezca lo contrario) es tomar una ruta de escape y auto liberarme, encontrarme con aquel ser misterioso que muchas veces toma mis decisiones, controla mis pensamientos y a la vez pedirle ayuda para dilucidar mis ideas. (¿Dios?… tal vez, si gustan llamarle así al creador intelectual de esta aventura que le ocurrió al Tecuán)…

Pues bien, déjenme contarles una aventura muy interesante que ha puesto en alerta mis instintos e ideas respecto a las fuerzas “ocultas y misteriosas” que rigen o deambulan en nuestro devenir sin que nos demos cuenta, hasta de repente por alguna circunstancia; se manifiestan, por error o a propósito pero se manifiestan y ¿uno que hace cuando le toman por sorpresa? Hay de dos sopas;

1.- te cagas y huyes
2.- observas, analizas y creas un post

Yo opte por lo segundo…

Esos días eran propicios días de descanso (obligado), tome mi mochila, mi cámara y mi celular con un buen repertorio de música, los restos de dinero que me quedaban y hui…

Transición… (Música de viajero con mochila al hombro)

Una vez conseguido el primer objetivo; avieso tomo mi vehículo y comienzo a conducir sin rumbo fijo… (Suena muy mamón, pero las mejores experiencias me han ocurrido cuándo he dejado fluir la improvisación) ensimismado en los mismos pensamientos de los días recurrentes, sus palabras taladraban mi cabeza constantemente;

-      "Qué poca madre Jesús!! Déjame en paz, no me busques más, no quiero verte más, no confío en ti… ojalá aprendas la lección!!!!"

Tales frases taladraban una y otra vez mis oídos, retumbaban en mi mente como en una sala de audio con acústica perfecta haciendo eco en todos los rincones, en toda su periferia… intentaba soslayar esos pensamientos con la música contenida en mi Blackberry de Nextel, já, (lo siento, me pagan por el comercial)

…no me di cuenta en qué momento la carretera, dejo de ser carretera y se volvió autopista, la mañana se volvió atardecer, el vehículo seguía consumiendo combustible y kilometraje, la tarde se volvía noche, después de un par de horas de seguir avanzando el sueño fue vencido con música de Led Zeppelín, Black Sabbat, Kings of Leon y aquellas canciones que me ha enseñado la vida en momentos estratégicos, más de ocho horas de camino, sin escalas, clima seco, mucho calor, peñascos, cumbres, mucho frio, lluvia intensa, granizo en algunas partes y tempestad infinita por otras, deseando con todo el corazón estar ahí en medio de la tormenta, sí; quisiera salir y recibir toda la furia de la tormenta directo en mi pecho, que su ira chocara contra la mía, que el peso y la temperatura fría del agua calmaran este dolor que recorre mi pecho y mi estómago, volviendo la respiración dolorosa e insoportable… Sería como darle la cara a dios y preguntarle de una buena vez lo que siempre he querido recibiendo una respuesta instantánea.

No obstante, me causan algo de temor los rayos, no por la descarga eléctrica que conlleva, sino que, no sé cuándo van a caer ni en dónde. No es el estruendo ni el choque, es la incertidumbre de algo que me podría hacer daño, me gusta tener el control de las cosas que creo que representan un peligro para mí. Supongo que se podría aplicar también esa teoría en mis relaciones sentimentales…

Fue precisamente el estruendo de aquellos relámpagos los que me regresaron de la fantasía de enfrentarme a la tormenta, retar a Dios y obtener respuestas, como aquella escena en “Forrest Gump” dónde el Teniente “Dan” encara a Dios envueltos en aquel Huracán que sobrevivieron y les trajo fortuna…

Sueños, sueños y más sueños…

Pero los sueños se ven una vez más interrumpidos por el anuncio de la llegada a mi destino no previsto… el clima es perfecto en esta temporada del año, simplemente en esta región el clima es el que se le da la gana, la humedad es densa y el calor solo es un buen compañero de viaje, no te exige nada. A las primeras horas de una madrugada fresca salgo del auto, sigiloso, atento, el estado es hermoso mas no todas las personas que habitan ahí lo son…

¿En dónde estoy?

Recibo múltiples ofertas de transporte, hospedaje “económico” y planes turísticos a las zonas más “distinguidas” de aquellos lugares, pero ninguno me atrae ya que es imprescindible aquella sensación que otorga el estar completamente solo, excepto con los árboles, las aves, un río caudaloso quizá y aunque esta vez no estarán conmigo, aquellos cuervos en los árboles celebrando su libertad y aquel curioso perro"sonriente" del que no he vuelto a saber en largo rato.

Aquel encuentro con lo desconocido en esas tierras hermosas, rodeado de gente buena y no tan buena me inspiran, mis musas dormidas por no se cuanto tiempo comienzan a despertar y regalarme frases enlazadas, tomo mi cuaderno y comienzo a escribir sentado en una banca de un parque no muy conocido ni concurrido y es así como escribiendo esto que ahora estas leyendo, pasan las horas de aquella mañana cálida y amistosa…

La tarde llega, el sol comienza a ceder y mis penurias son saciadas, reviso y corrijo los detalles detectados en toda esa sarta de ideas impresas, leo en voz alta y me convence la trama, irónico habría sido que alguna de las aves que se encontraba volando en aquel parque cagara sobre mi libreta de ideas manifestando su punto de vista sobre las cosas ahí escritas… la simple idea de que eso ocurriera me regreso a la realidad, tomo mis cosas, ¿cuanto tiempo ha pasado desde que me deje llevar por las musas de la palabra?

Es tarde ya, seguí caminando, buscando algún alojamiento acorde a mi presupuesto y estado emocional. Y es aquí donde comienza la verdadera travesía del Tecuan…

¿Les dije al principio que no llevaba “suficiente dinero”? creo que sí, revise mis bolsillos, hice un balance de entradas y salidas, ninguna entrada de dinero, solo salidas; entre gasolina y casetas apenas tenia lo justo para regresar y en dado caso, emplear a la “diabla”, mi camioneta, como habitación para pasar la noche, no sería la primera vez, pero la idea de las dos veces que fui victima de la delincuencia me hace dudar, sé en que estado de la república estoy pero no tengo idea del municipio, es nuevo para mí y no quiero arriesgarme, es hora de regresar.

Retomo el camino de regreso a la cuidad de México, tomando en cuenta el tiempo que me tomo llegar ahí y considerando la hora de volver; calculo que estaré en la ciudad de México nuevamente a tempranas horas de la mañana, ¿qué más da? ya tengo lo que quería, inspiración para escribir una entrada más y alimentar mi blog y este insaciable ego por ser escuchado, por darme a conocer…

Esta vez, el camino de regreso me cobro nueve horas de valioso tiempo, el sueño era fulminante a esas horas de la madrugada, manejo en un estado crítico y peligroso, me dejo llevar por las avenidas que se ven menos transitadas y no sé cómo, ni en que momento tome la desviación que me condujo a un lugar emblemático de la ciudad de México; Xochimilco.

Llegue al centro, donde esta el mercado y llegue a la hora en que apenas comienzan a salir los comerciantes, encontré un buen lugar para estacionarme y poder dormir un par de horas antes de terminar en tragedia mi aventura… motor apagado, ventanas cerradas, seguros activados, cosas de valor o llamativas bien escondidas, a dormir; hasta que la asfixia por el calor de un sol que aun no se atrevía a salir no me lo permita más…

Duermo un par de horas, me despierta el ruido de la gente, ya esta bien entrada la mañana y las actividades de comercio, comienza la verdadera travesía, salgo del auto, sin mi cartera, sin mi cámara, sin el celular… todo parece irse “elucubrando” para concebir una verdadera novela de misterio.

Siempre he creído que la ciencia parte del supuesto, más o menos disfrazado, de que todas nuestras experiencias “extraordinarias” pueden explicarse en términos lógicos o científicos. Por su parte, la obligación moral nos exige que seamos veraces en nuestras declaraciones. De hecho, la ley lo exige. Estas dos últimas afirmaciones entran en contradicción con la primera. Por lo tanto, la ciencia nos exige la insinceridad.

Precisamente con esto que digo trataré de explicar lo antes expuesto. Al tomar camino entre calles y callejones, viveros y embarcaderos, después de un buen rato de haber analizado lo escrito, mi instinto aventurero me llevó a un barrio desconocido (para mí, por supuesto). La capilla de esa localidad no es diminuta, pero tiene el encanto de los edificios viejos. No recuerdo si pude entrar a ella o la encontré cerrada, pues mi intuición de explorador me condujo hacia la laguna de Xaltocan, al sur de dicho barrio. Traspuse un puentecillo que atraviesa el canalito, y me perdí en una calle ancha. Quería averiguar si por ahí se podía llegar al Bosque de Nativitas ya que Xochimilco es lugar de flores y aguas: el paisaje era paradisíaco. Sin embargo, poco a poco la calle se fue estrechando, y las viviendas se hacían cada vez más modestas y desvencijadas. Desapareció una vez más el asfalto, y el terreno se volvió tortuoso. La calle terminaba intempestivamente frente a un ramal del canal dónde las trajineras se avistan a lo lejos. Comencé a desandar el camino, cuando de pronto, fui sorprendido por una jauría…

Amo a los perros. Si bien soy capaz de reconocer la hermosa estampa de estos, sé por experiencia propia que aquellos que gruñen al aproximarse a uno, sí muerden. Así, en medio de su iracunda belleza, los colmillos expuestos de los canes son señal de su carácter peligroso. Estúpidamente había yo entrado inoportunamente a su territorio, algunos gruñían en notas bajas y otros ladraban estruendosamente, otros vigilaban los alrededores desde los techos de hermosas casas pintadas de múltiples colores: entre todos me cercaron. Ante tan horrísono espectáculo, lo admito, yo estaba muerto de miedo. Nadie, absolutamente nadie se asomó de entre las destartaladas y pintorescas casas.

Aquí es dónde viene la parte que mencione al inicio; te cagas y huyes o prestas atención a los acontecimientos (realmente no tenia escapatoria y esta no es una nota muy valiente, lo reconozco)

De pronto, fue el literal “milagro”. De entre la fronda; apareció un perro diferente a la jauría. Su talante era de autoridad, sereno y callado, atravesó la formación envolvente para situarse a mi lado. De blanco pelaje, tranquilo y algo ya viejo, el noble animal se sentó en los cuartos traseros y comenzó a mover la cabeza de un lado a otro. Sus congéneres lo miraron respetuosamente, y detuvieron su marcha hacia nosotros. Los ladridos se fueron apagando. Tan pronto sucedió esto, el perro blanco comenzó a caminar decididamente hacia el Norte. Yo estaba perplejo, ante tal evento, el blanco pelaje de aquel afortunado perro me hizo recordar a mi hermoso compañero “ix”… pero ese no era momento para embelesarse con recuerdos, mi consiente me abofeteo y reaccione de inmediato, el perro comenzó la marcha. Yo lo seguí, acariciando de vez en cuando su níveo lomo, me sentía protegido. La retirada se efectuó en el más completo de los silencios. La jauría rompió la formación para dejarnos pasar, los perros en las azoteas solo miraban con atención pero sin chistar un solo ruido. Juro por todos los dioses que “algo” tenía ese callado ambiente del sabor de lo sagrado.

Una vez me hubo servido, tan discreto como llegó, mi salvador de cuatro patas desapareció. No, no literalmente; solo regreso al lugar de donde salió.

Unos cientos de metros después, el barrio recuperaba la alegría de sus casas. Pregunté a una persona que si podía llegar al Bosque de Nativitas, y me indicó que siguiese la sinuosa Avenida del Puente. Éste comunicaba con Santa Cruz Acalpixca. Al Este se encuentra Nativitas. Finalmente, al atardecer alcancé el bosque. No recuerdo qué hice ahí ese día. Por mi mente solo pasaban las imágenes de aquel acontecimiento de la mañana y recordaba con mucha nostalgia aquella historia que me contaba mi abuelo paterno cuando regresaba de trabajar; él me contaba que años atrás, para poder llegar a la casa en la colonia dónde esta su casa tenía que caminar aproximadamente kilómetro y medio ya que el transporte publico no llegaba hasta la colonia “la blanca” por su fama en altos índices de criminalidad… siempre se bajaba del autobús en un crucero de vías de ferrocarril por dónde ahora esta la estación San Rafael del tren suburbano y de ahí había que caminar entre calles hacia arriba y todas las noches, de entre las vías le alcanzaba a su paso, un perro negro que le acompañaba justo a la esquina de donde se encuentra la casa, una vez que el perro se percataba de que mi abuelo entraba a su casa, el perro le observaba desde la esquina dónde se detenía y daba la vuelta y se retiraba, esto ocurría cada vez que mi abuelo caminaba hacia casa, ya que muchas otras veces mi padre pasaba por el al centro de Tlalnepantla cuando salía temprano de trabajar y los dos llegaban juntos en el coche, mi abuelo intento varias veces invitar al perro a pasar a la casa para cuidarlo y ofrecerle comida a cambio de aquel gesto tan noble, pero aquel perro nunca acepto tales invitaciones…

Así transcurrió el tiempo, recordaba cada una de las palabras que decía mi abuelo con tanto asombro cada que nos contaba ese relato y no pude evitar quebrar en llanto debido a la vergüenza de haber puesto en duda su palabra, muchas veces lo dude, llegue a pensar que tal historia solo era un cuento para entretener a sus nietos, pero basto lo que me acababa de ocurrir para recordar y lanzar sollozos al cielo, sin poder contener mis lagrimas y comprender ese amor que me fue inculcado hacia los perros por parte de mi abuelo… el sol comenzaba a menguar, volví al barrio del centro, y después me dirigí al templo de San Bernardino de Siena, en el centro de Xochimilco. En las paredes de la enorme nave de San Bernardino, hace tiempo se descubrió una pintura de san Cristóbal. Quizá sea del siglo XVI. Aparece al modo occidental: un hombre muy musculoso, que bastón en mano, carga con trabajos a un bebé. El diminuto personaje es el niño dios, y su peso se debe a que lleva consigo los pecados del mundo. En México hay muchas poblaciones que honran a este conspicuo personaje.

En el siglo XX la jerarquía católica desconoció a san Cristóbal, y lo retiró del santoral. Me he enterado por lecturas en internet que entre los ortodoxos, a san Cristóbal se le pinta con cara de perro. Es una metonimia curiosa porque Cristóbal era extranjero, bárbaro, el hombre que habla como los perros: “barbar” es lo que expresan con sus gargantas los bárbaros. Sin embargo, ¿no es curioso que en las inmediaciones del barrio de San Cristóbal, en la tierra de nadie, y a merced de una amenazante jauría, un perro me salvase de un ataque inminente? ¿Se trata de un milagro? Indudablemente. Según los creyentes, los milagros deberían suspender las leyes de la naturaleza. ¿Se violó alguna ley de la naturaleza con la visita de aquel cancerbero blanco? No, y sin embargo, su presencia fue extraordinaria. Carl Sagan solía decir que afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias. ¿Qué prueba puedo dar de mi afirmación? Ninguna, salvo mi testimonio. Según los abogados se necesitan dos testigos para probar algo. Soy mi propio testigo, y si nadie me cree, aun así tengo la satisfacción de que aquella mañana, en circunstancias milagrosas un perro me salvó el pellejo. Tal vez un etólogo sostenga que no hay tal milagro, y que lo único que sucedió fue que desperté la simpatía del macho alfa de la manada. Sin embargo, el milagro no solo consiste en que fuese salvado por un perro, sino en que ese preciso perro llegó en el momento oportuno, en medio de una atmósfera solemne. Es la belleza del acto y del actor, además del acontecimiento mismo: poesía en acción. Un perro blanco y silencioso. El blanco es a la pureza lo que el secreto es al milagro. El silencio es el lenguaje de Dios. Pero, ¿este milagro prueba que existe el dios de los cristianos?

No, no lo creo.

La definición estándar de dios es que se trata de un ser infinitamente bueno y omnipotente. Y si es ambas cosas, ¿por qué no actúa siempre? No siempre me he salvado del mal, y he sufrido sus azotes. ¿Dónde está dios cuando lo necesitamos? El dios que yo he visto actuar a veces nos ayuda y también es capaz de abandonarnos. Al negar a san Cristóbal, ciencia y religión no agotan el milagro del mundo. ¿Qué dios envió a un perro aquella misteriosa mañana en un barrio perdido del sur de Xochimilco?

La religión recurre al mito para expresar lo inexpresable. La filosofía también es capaz de reconocer que en el mundo hay algo inexpresable. La paradoja estética es la manera en que yo lo hago. En cierta forma, hay un aspecto de mi experiencia que, siendo subjetiva es inexpresable. Se trata de un ambiente que rebasa la cotidianidad, el vulgar paso del tiempo que registra el método científico, y que por un instante, es capaz de abrir las puertas de los cielos aun a aquel que no cree en dios.

Muchas cosas pasan por mi mente, pero de todo esto; lo que puedo valorar y agradecer es haberme conectado con aquel personaje que forjo mi ser, mi abuelo paterno, siento que tuve una conexión con él y ahora las cosas ya están bien…
TECUAN

20.11.12

EL TECUÁN, DIVAGANDO...


Pasa que en los últimos dos meses y medio, más o menos si no me equivoco; se han presentado una serie de “vicisitudes adversas”, en todo lo que acontece mi existencia, desde mi situación laboral, emocional, económica, sentimental, psicológica, social, mental, etc.
Toda esa “parafernalia” de chingaderas se ha regado como una especie de virus letal que estaba corroyendo mi paciencia a tal grado de querer mandar al carajo todo cuanto tengo, hablando de amistades, bienes materiales y familiares; sí mandarlo TODO a la chingada y decir: 


“saben que, me largo. Mi misión en la vida es ser ermitaño, renunciar a los placeres mundanos y todo bien material e ir vagando por la vida predicando mi evangelio, comiendo lo que pueda y cuando pueda, pero llenando de sabiduría al mundo con mi palabra”

No miento, muchas veces he estado o estuve tentado a hacerlo, ¿por qué? Alguien me dijo que se trataba de vil cobardía el dar la espalda a todo cuanto sueño te has propuesto y cuanto esfuerzo has realizado por tener un carro, una casa, un terreno en Irapuato, que se yo, cosas materiales y banales que demarcan, la sociedad y el “estatus quo” como correcto. 

Pero difiero, creo que la razón por lo que no lo he hecho, es la verdadera cobardía; hacen falta muchos (perdonen la expresión) HUEVOS!! Para tomar la decisión de renunciar a lo material y conectarte con gaia, a lo Gandhi casi, casi.

Por un lado existe la comodidad que te brinda el tener un estado económico confortante, ropa, comida, "gadgets” tecnológicos, viajes y todo aquello que demarcan los dogmas sociales como “apropiado” para tener una vida placentera, cómoda y estar a la vanguardia. A mi nunca me han interesado las personas por las marcas de ropa que usan, el color de sus pieles u ojos, lo abundantes que son sus billeteras o lo estéticamente “bellas” que sean. Me interesan la inteligencia, la elocuencia e incluso la ignorancia sincera (esa que se maravilla ante todo y que no se cansa de aprender nunca).

Por otro lado se encuentra esa parte de mi que ha aprendido que la felicidad se encuentra en los amaneceres, en el número de sonrisas que puedas propinar a conocidos y extraños; más no, en las marcas de ropa que adornan tu closet, la marca de tu auto o la belleza de tu pareja (sentimental, sexual, cónyuge, etc.), si esa parte de mi valora más el amanecer rodeado de vegetación y ese olor fresco de madera mojada a causa de la bruma de la madrugada sobre suelo fértil ¿Qué chingados me tiene atado a esta versión de “sociedad” en la que vivo?

La razón, creo; tiene nombre…

Pero no se los voy a decir (no sean chismosos), mucha gente y muchas veces me preguntan: 

Gente: Tecuán ¿tienes novia?

A lo que yo respondo sinceramente:

Tecuán: … ¿ehh?

Me desespera hacer planes, programar un proyecto y que de pronto todo cúmulo de ideas bien enlazadas y coordinadas, se vengan abajo a causa de una situación fortuita o circunstancia jamás pensada. Entonces; de pronto, todo plan se viene abajo sin siquiera haber comenzado “a la chingada” maldigo.

Entonces después de dar muchas vueltas a la manzana… otras cuantas a la naranja, pasando por los melones, entreteniéndome en la papaya, pero eso sí, evitando siempre el plátano, respiro profundamente y contemplo en el aire, cómo si fuera una nube de muchos colores que te otorga una sensación placentera por tal descubrimiento… una conclusión final.

NO SE PUEDEN, NI SE DEBEN FORZAR LAS COSAS JAMÁS. A veces tenemos prisa por llegar a ese objetivo que creemos nos traerá felicidad y dicha, nos desorbitamos a tal grado por conseguir ese objetivo que hacemos a un lado los pendientes que no dan plazo, esos que vienen, cobran el adeudo y se van sin importarte como te dejen, si tenias para pagar la deuda o no. Solo toman lo que les pertenece y “bye, bye…”. No existe plazo que no se cumpla, y con esta sentencia cuadramos todo lo que digo.

Si estas esperando que algo se dilate en llegar, mientras más ruegues que se detenga el tiempo, este parece burlarse de ti avanzando más rápido (y esto es figurado).

Por el contrario, si esperas con ansias algo, quieres que suceda ya!! parece que el tiempo se detiene, pasa a un oxxo y no sabe decidirse entre comprar cerveza oscura o clara, cacahuates o papas, hace una recarga de 50 o 100, sale del oxxo y todos los semáforos le tocan en rojo al pinche tiempo y tú… bueno, tú harto de esperar eones… miras el reloj son las 19:42 vas al baño, orinas, te tiras unos cuantos pedos, te lavas las manos (higiene ante todo), vas a la cocina, revisas el refrigerador, ese mismo refrigerador que revisaste 10 minutos antes y que contiene exactamente los mismos frascos inservibles y “topers” con comida de no se cuándo, que nada de eso saciara tus ansias, prendes la tele, ves la programación del día y te das cuenta que “no hay nada que ver” en ese sistema de pago que contiene chorrocientosmil canales a precio de “plan básico”, te hartas de estar cambiando de canal sin mirar nada, recorrer los chorrcientosmilcanales tres veces y vuelves a mirar el reloj… SORPRESA son las 19:45.

¡¡Me cago en la hostia, en el padre, en la madre, me cago en el pan, en el vino y en toda la corte celestial!!

El tiempo una vez más se esta burlando de ti… o no será que realmente ¿te estas burlando de ti mismo?

NO FORCES NADA, no te apresures (me repito constantemente), pero la cuestión es la misma una y otra vez: 

¿Qué hacer?

Quiero tanto y tengo tan poco que ya no sé si lo que quiero realmente quiero… y no hablo de cosas materiales y superfluas, hablo de cada uno de esos detalles “insignificantes” que le dan sentido a la vida.



TECUÁN

26.10.12

RECICLANDO A LOS "FELPUDOS"...


Me mandaron un video por facebook y después de verlo recordé un par de teorías que he deseado compartir con ustedes.


El video es el siguiente:
                        

(Divertido y realista ¿no?)

Un hombre como yo, no puede evitar que la mujer de sus sueños no sienta atracción por él, pero lo que sí puedo impedir, es ser arrojado en canallesca jugada, al rincón de los «peluches».


Muchos se preguntarán ¿qué es un peluche? …bueno, les voy a explicar:

De acuerdo con un diccionario enciclopédico de sexualidad humana —cuyas páginas aún no se escriben— “el peluche” es aquel hombre, más pusilánime que tímido, que cultiva ingenuamente la figura del «mejor amigo» de una mujer, como paso inicial para conseguir una cópula con aquella chica que inflama su deseo carnal.


En este sentido, “el peluchismo” es un método indirecto y encubierto de seducción, inevitablemente condenado al fracaso dado que no parte de una base real, que viene siendo la atracción de la mujer, sino de una errónea percepción de progresivo enamoramiento.


Son dos las razones que dan pábulo a estas falsas expectativas de enamoramiento:


La primera, de orden mental, consiste en la equivocada creencia de que la afinidad espiritual desemboca inexorablemente en el coito...


La segunda, de orden físico, guarda relación con los mimos, abrazos y manoseos permanentemente hechos por la mujer histérica que ha tenido a bien transmutar al hombre enamorado en un “peluche”; que quiere decir esto: pues, en ser un ser negado para la sexualidad.

No olvidemos que todos los monos de peluche en sus distintas formas y colores, no tienen genitales, y que ninguna de las parafilias documentadas por la psicología clínica da cuenta de un morbo o excitación asociado al uso de juguetes felpudos.


Sin embargo, lo más lamentable de esta dramática situación es que el pobre peluchito (tú, yo, cualquier hombre que no se dé cuenta) desconoce que es un peluche. Olvidando cada uno de los crecientes y sucesivos fracasos de su metodología de cortejo. No tiene conciencia de su amor zombi. Su mente se encasilla en un optimismo enfermizo, que le hace ver el triunfo en el terreno agostado por la aridez afectiva. Al decir de un famoso verso lusitano, el peluche es gallo que canta ignorando la noche. De ahí, que se precise la intervención de un amigo para despertarlo del sueño profundo:


(Conversación entre dos amigos de confianza plena)
Amigo:¿Pero Peluchín (fulano idiota) cuántas citas llevas con esa chica?

Peluche:Creo que unas treinta salidas, pandilla. Pero tranquilo, que ya está a punto de caer. Tienes que verla; se ríe con mis chistes, se preocupa por mí y el pasado 12 de febrero me dio un regalito por el día de los enamorados y la amistad…



¡La amistad, la amistad! ¡Malhaya la amistad! ¡He ahí la estela funeraria de todo peluche! ¡He ahí la daga letal que nunca podrá ser arrancada!

Sabido es que la mayoría de las mujeres, en un acto de condenable sadismo, mantiene para su diversión personal a un elenco de hombres-peluche, que casi siempre gustan de llamar «amigos».


Seres heterosexuales que asisten en silencio a la divulgación de un amplio y ajeno anecdotario de problemas de pareja y confidencias de cama. Una variante moderna de la tortura que es complementada con una sesión de abrazos y arrumacos cargados de lascivia, que sólo terminarán cuando el peluche —más azul que un avatar, por culpa de la libido— se le ocurra el despropósito de solicitarle el “copulacho” a su histérica opresora.


Cosa que nunca ocurrirá, porque nuestro felpudo y simpático amigo no está invitado al baile del placer. Pero de llegar a asistir, en calidad de coleado o arrocero, entonces lo máximo que podría bailar sería una pieza de salsa y otra de merengue. Jamás en la vida gozaría la barriobajera gloria de un “perreo”, ya que una draconiana ley no escrita prescribe que peluche no baila pegado: sólo hace coreografía.


CONSEJO DEL TECUÁN:
Un buen comienzo en el largo camino para dejar de ser un peluche, lo constituye la práctica del «número mágico». Esta estrategia consiste en la fijación de un tope de salidas infructuosas —en términos de avances específicos— que le sirva de referencia a la persona a la hora de determinar con exactitud cuándo debe pararse el galanteo, justo antes de transformarse en un felpudo amigo.

Analiza, ¿¿cuántas veces has salido con ella a "tomar un café", "ver una peli". "darle un <<ride>>", etc.??

Si la respuesta es: más de tres veces, y aún no has conseguido nada, estas justo en esa línea delgada, entre ser su "mejor amigo y peluche" o la posibilidad de encarnarse en una aventura de épicas proporciones.

La idea es bastante buena. No olvidemos que la imposibilidad de ver recuperada en réditos amatorios la cuantiosa inversión realizada por el peluche es lo que hace de él, más que el exitoso ejecutante de un programa de inversiones, el resignado supervisor de un programa social de apoyo a las mujeres histéricas.


Peluches del mundo: ¡Despierten y reaccionen! No hagan suyos los adoloridos versos del poeta de la Rua dos Douradores:

«Contemplo, como en una extensión al sol que rompe nubes, mi vida pasada; y noto, con un pasmo metafísico, que todos mis gestos más seguros, mis ideas más claras, y mis propósitos más lógicos, no fueron, al final, más que solemne borrachera, locura natural, gran desconocimiento. Ni siquiera representé. Me representaron. Fui, no el actor, sino sólo sus gestos».



Repitan a sí mismos lo siguiente:
A partir de ahora voy a hacer lo que ningún hombre ha hecho por ti jamás.
Tolerarte si me desprecias. 
Insistir, insistir, insistir hasta que cedas, incluso ser amable, paciente y servicial. 
Mostrarte mi mejor cara, y negarte el monstruo que llevo dentro.
Estoy dispuesto ahora más que nunca a buscarte y encontrarte, ¡a ser fuerte, muy fuerte!
Y hacerte fuerte, muy fuerte, para que aprendas a quererme sin miedo.



Fue muy extraño encontrar este libro: -"Sobre la naturaleza de las cosas eróticas" de Francisco González Crussí-, en el momento indicado, pues no sabía de qué se trataba mi enfermedad y ahora lo sé.

El amor es o parece ser una enfermedad. Al hablar del amor nuestra mente nos remite a un corazón en su representación más sencilla, tal vez atravesado por una flecha... que a su vez, esto significa ¡dolor!

Pues sí, es una enfermedad dolorosa! Los síntomas parecen más bien un encantamiento, un maleficio mediante una sustancia y algunos ritos.


Lo que sucede es que cuando una persona abstrae por sus sentidos a otra y le atrae, por diversos motivos y factores personales como externos, (dije personas no sexos, nótese: gente con gente no es pecado, amén) ésta, comienza a tener todo un tipo de cambios a nivel molecular, segrega algunas sustancias endócrinas. Estas sustancias se dice que son serotonina, dopamina, endorfina y adrenalina.


Todo lo cual produce que, cuando ves a esa persona, escuchas su nombre o algo te la trae a la mente, los síntomas sean: "vasodilatación cutánea, aceleración del pulso" contracción del diafragma, por lo cual se dice que se sienten “mariposas en el estómago” y sobre todo una expresión característica de bienestar que se expresa en la cara, "el rictus", una sonrisa, afabilidad, entusiasmo y varios etc’s más.


Sin embargo, éste, el más bello de los sentimientos es una enfermedad, te adentra en su nebulosa, "la razón se nubla, los sentidos se perturban y la imaginación se deforma." A menos de que uno sepa su enfermedad, controle los síntomas, aquel arrebato, el frenesí con el que quiere "encamalgamar" a su amada!!!!!! y aparearse para mejorar la especie!!!!


....bueno... sólo entonces...


Puede uno razonar cabal y discernir, con el propósito de no resultar muy herido, luego entonces, el que sufre de amor debe salir del anonimato, "Me llamo Tecuan y sí, estoy enamorado...de (fulanita)" Entonces lo que sigue es:


1. Desangrarse. (Como todo buen hombre sabe hacerlo)
2. Pensar en los defectos de esa persona, para bajarla a tierra.
3. Hacer ejercicio.
4. Fornicar a esa persona 10 veces al día y reconsiderar que era eso lo único que se deseaba.
5. Sufrir un susto muy fuerte.
6. Beber como albañil (en su honor) en el día de la santa cruz.


Yo he optado por la opción número 3 y la número 6...

TECUAN

4.9.12

A MI MADRE...

¡¡Pongan atención lectores, que vengo a hablarles de mi madre!!…

Siempre he intentado mantener un equilibrio entre aspectos personales, emocionales y sobre todo familiares en mi blog. Últimamente he estado un poco cargado a los temas más personales, pero tiene que ver con eventos bien importantes en el plano personal que me han pasado en las últimas semanas.

Bien es cierto que la soledad, si se sabe convivir con ella sin caer en un “vacío” depresivo o en un estado catatónico de martirio incesante, victimándonos y haciéndonos infelices sin necesidad alguna; ésta, la soledad, puede ser una gran maestra, una buena consejera y una terapeuta muy efectiva. Insisto, uno debe saber sobrellevar la soledad sin caer en tórridos abismos angustiantes, es complicado pero una vez que se logra disfrutar la soledad, uno encuentra respuestas, uno vislumbra cosas que en otro estado no habría podido conseguir ya que simplemente pierden importancia embelesados por esas cosas que creemos importantes… UN DÍA NOS HACEMOS ADULTOS Y DESCUBRIMOS QUE, EN LA VIDA; LA SOLEDAD, LA VERDADERA SOLEDAD, LA ELEGIDA CONSCIENTEMENTE, NO ES UN CASTIGO, NI SIQUIERA UNA FORMA ENFERMIZA DE AISLAMIENTO, SINO EL ÚNICO ESTADO DIGNO DEL SER HUMANO. Y ENTONCES YA NO ES TAN DIFÍCIL SOPORTARLA. ES COMO VIVIR EN UN GRAN ESPACIO DONDE SIEMPRE RESPIRAS UN AIRE LIMPIO.

Como lo dije en un post pasado, gracias a la idea del nuevo comienzo, del “reinicio”, me he dado cuenta que durante un periodo importante de mi vida, he tomado muy a la ligera el papel que tiene mi madre en mi existencia, no he fijado demasiado interés hacia el valor que realmente tiene este maravilloso ser que la vida me otorgó.

Erróneamente le damos importancia a otras cosas que realmente no la tienen, vamos haciendo a lado a mamá, que si la salida con los amigos, que las llamadas telefónicas, la escuela, la novia, los desamores, el trabajo etc…
Haciendo cuentas, verificando el inventario de entradas y salidas emocionales, mi madre siempre ha estado ahí, nunca nos dice (a sus hijos) “no tengo tiempo” o “después”, como solemos hacerlo cuando vamos hacia un lado con los amigos, o para algo que no nos interesa, ella siempre nos escucha.

Tú ¿Te has puesto a pensar? ¿Cuantas veces has escuchado con atención a tu madre? ¿Sabes acaso que piensa, que quiere, como ve la vida?

Si lo has hecho, mis respetos para ti, yo apenas hace un par de años estoy comenzando a conocer realmente a mi madre y créeme, me siento muy orgulloso de la maravillosa persona que es, pero lamento darme cuenta en este momento de mi vida, en que estoy a punto de alcanzar el “tercer piso”, los treinta años…
No me lamento realmente el darme cuenta apenas, lamento haber desperdiciado muchos años sin saber agradecerle realmente un poco, todo lo que ha hecho por mi y sus hijos, aunque “las cosas pasan por algo”… quizá nunca había tenido la madurez necesaria para comprenderlo o no me había perdido en momentos de solemnidad como estos en los que ahora estoy para valorar las cosas y evaluarlas desde otra perspectiva.

Lo primero que yo destacaría de mi mamá es cómo nos enseñó a apreciar las cosas que se logran con esfuerzo. Nos enseñó a trabajar muy duro por lo que realmente queremos. Supongo que eso lo aprendió de sus padres. Mi madre es una mujer excepcional, muy dedicada, trabajadora, fuerte, me faltan muchas palabras para seguir admirándola y tratar un poco acercarme a lo que ella realmente es, sin embargo yo su hijo, aparte de 2 hijos más (una mujer y otro hombre) debo de aceptar que no la he sabido realmente valorar, durante mi estancia en el hogar por ejemplo. Tengo vagas ideas de cuando cursaba la primaria y la secundaria, no había ningún problema con ella, solo detallitos como en cualquier familia, fui un hijo tranquilo, mi madre y yo éramos inseparables andábamos juntos casi siempre, he sido algo flojo para las labores domésticas, sin embargo a ella esto no le importaba. Me dejaba ser y se reía cada que me contaba con sorna, -Beto, tu de pequeño, cuándo te pedía que me ayudaras a barrer, decías: “no mamá, si yo no soy vieja”- nos reímos juntos de las palabras que decía de pequeño, aunque quizá tanto solapar mis desobediencias crearon esa postura incólume de valemadrismo por mi parte, no estoy culpando a mi madre de nada, sé que soy una gran persona, muy inteligente, culto, me gusta aprender y conocer, me encanta la lectura, la música, soy en general un buen hombre, con defectos y virtudes, pero haciendo un balance general, soy bueno y todo esto GRACIAS A MI MADRE precisamente.

Hoy las cosas toman un matiz diferente. Mi madre es una mujer peculiar, maravillosa, puedo decir tanto sobre ella, y de las mil capas que le descubro con el paso del tiempo y eso me encanta; tomando en cuenta que nadie sabe ser padre o madre, cabe aquí decir que ella fue una madre joven, inicio a los 17 años siendo madre de mi hermana mayor, Mónica (otra mamá, muy hermosa y excepcional) y hoy a su edad, es la joven abuela de una guapísima adolescente de 16 años, una hermosa princesa de 13 y un galán travieso de 7; además es madre también de tres primas más, que ella con mucho amor acepto tomar responsabilidad cuando nadie se lo pidió, esas tres primas hermanas, huérfanas circunstanciales de madre y padre por cuestiones que no son importantes mencionar aquí, mi madre apenas termino la primaria, así que sus posibilidades eran pocas o más difíciles. Siendo una mujer muy joven y recién casada, descubrió a base de regaños y enseñanzas duras de su suegra (mi abuela paterna) que su peor pesadilla era cocinar entre otras cosas, pero nunca lo evitó, nunca tiró la toalla, mi abuela paterna, otra madre de pantalones y mucho valor le enseño, junto con su madre (mi abuela materna) lo que hasta el día de hoy ella sabe ser.

Un mal día mi madre tuvo que trabajar para darnos de comer a sus tres “chilpayates” debido a crisis económicas y la falta de empleo de mi papá. Mi madre despertó siendo “ayudante de cocina”, si se le puede llamar así, ya que mi abuela vendía quesadillas, de ahí aprendió a darle un sazón muy rico a sus comidas, esta actividad, tengo la certeza; durante todo el tiempo que la realizó, la hizo llorar más de una vez, pero estoicamente soporto quemadas, cortadas, y entripados para sacar adelante a sus hijos y su familia.

Esto que acabo de narrarles, escueto, muy escueto de hecho; es solo por contarles a manera rápida uno de los más grandes orgullos que llevo en mi mente y mi corazón respecto al temple y gran corazón que tiene mi madre. Nunca, nunca voy a poder terminar de agradecer todos esos sacrificios, hambres, fríos, miedos y dolores que ella oculto a nosotros sus hijos por brindarnos seguridad, confianza y sobre todo educación.

Yo, convivía muy poco con mi madre, mi orgullo y mi ceguera ante ciertas cosas sin importancia nos dificultaban la convivencia o la relación madre–hijo o hijos. Cuando coincidíamos en casa, discutíamos por mi orgullo y soberbia, mi necedad y ceguera.

Mi madre, desde que me acuerdo, siempre se ha levantado temprano, comenzaba a ordenar y limpiar la casa en que habitaba con sus tres hijos y marido, que ahora que lo pienso detenidamente, era como el cuarto hijo. La peculiaridad de los regaños de mi madre radicaba en las frases que empleaba para ponernos a cada uno en nuestro lugar y dejaba bien claro que la matriarca era ella y su sabiduría incuestionable, hasta los perros han sabido respetar cada una de sus palabras:

-Estarás muy grandote, pero me cuelgo de tus bigotes y ¡te parto el hocico!

Aún me causa risa esa frase, digna de ella. No todo eran regaños, también se preocupaba por orientarnos, aconsejarnos y prepararnos para enfrentar la vida. Ninguna madre es tonta y los hijos constantemente ponemos a prueba sus habilidades y sabiduría. Mamá es tan afanosa en todas sus labores, nunca fue materialista. Nunca quiso un regalo especial. Siempre amable a recibir cualquier obsequio dado con amor.

Una vez tuve un sueño en que mamá se moría. Impotente y angustiado me desperté aun llorando, no olvido esa experiencia y algunas lágrimas aún viajan por mi rostro. Vaya que si tuve lágrimas en ese sueño. Una persona que me conoce muy bien, y a la que me he referido siempre como la “mujer incomparable” siempre me lo ha dicho, “el Tecuan y su mamitis”… estoy tremendamente mal educado, todo lo que quiero, tiene que llevar el sazón de mi mamá, pero ¿a quien no le pasa esto?

Realmente soy muy poco expresivo, en nuestra casa, no se nos enseño a decir “te amo”… eso lo aprendí en la calle, en los libros. Mi poco amor es responsabilidad de mi madre; no reniego de lo escaso sino que celebro que en mi exista dicho sentimiento que ella fabrica exclusivamente para mi. Exceso de amor es lo que ella sabe dar a sus hijos sin decirlo. Mamá lleva el exceso de humanidad y dios no la castiga por eso, es más, dios está de su lado (o al menos eso me hace entender lo que he aprendido de ella). Fielmente religiosa, católica hasta dónde sus hijos se lo permitimos. Todos los días hay una esperanza que crece en el interior de las madres, acunan a sus hijos desde el centro de todos sus deseos, cada mañana encienden las luces del mundo cuando preparan el desayuno, cuando se levantan de madrugada para tener todo en orden, cuando llevan a sus hijos a la escuela. Todos los días llenan de vida, cada palabra suya sana y entonces se hace visible la imagen del amor…

Hace unos párrafos mencione a sus nietos, y es que desde que ellos llegaron, creo es como empecé a darme cuenta de cómo nos educo. Mi madre es la imagen de la felicidad, cuando los niños la ven llegar a casa los ojos se transforman en pequeños diamantes de los que emana toda la luz del universo. Ella es el poder transformador, la fuente de vida, el continuo recordatorio de la fe, tiene fe en este mundo dislocado, tiene la suficiente fe para traer a la vida a nuevos seres a pesar de todo. Y lo más importante de todo, jamás ha perdido la fe en nosotros, sus hijos…

¡Ah, pero algunos días mi madre es una fiera! A veces habita en su cuerpo la furia de todos los mares, es implacable con quienes se atrevan a hacer daño a sus prodigios, a cada milagro que un día estuvo en su vientre.
Mi madre, también es suave como la espuma, contiene el perfume que calma la ansiedad y en sus manos caben todas las ilusiones infantiles, majestuosa, bella, fuerte. He aprendido que la distancia ha hecho más fuertes nuestros lazos, quizás porque solo aprendemos a valorar a las personas que queremos cuando sentimos su ausencia.

Por eso hoy, Gloria; madre, siento que te Amo más que cuando estaba muy cerca de ti, y no apreciaba lo que día a día me dabas, quizás porque sentí que estabas ahí siempre que te necesitaba. Mami, muchas gracias, porque muchas veces sentí estremecerme al ver tus ojos brillar de amor, pues tu silencio era mas elocuente que mil palabras. A través de él, siempre escuché los mil te amo tantas veces callados, y aunque tus labios se sellaban para impedir dejar volar tantas palabras que quisiste expresar, ahora te digo que no eran necesarias, pues siempre he sabido tu gran amor siempre presente para todos nosotros.

Cuántas veces Mami, en mis momentos de angustia, simplemente pasaste tu mano por mi cabeza, sin mediar palabra, para con ellas contagiarme de tu paz y tranquilidad, siempre lo lograste, sí, muchas veces sentí a través de ellas que todo se disipaba lentamente mientras solo sentía amor que se expandía mágicamente hacía mi. ¿Quién más que tú, puede sentir cuando mis gestos o palabras expresan algo más que un saludo? Que seguidamente tu acompañas de un -¿Qué te pasa?, sin que pueda evadir contarte todo lo que esta pasando…

¿Quién mejor que tu para escucharme casi siempre sin mediar palabras, finalizando con "Todo va a estar bien, ya verás, todo pasará"? Transmitiendo con esas palabras la fortaleza, tranquilidad y la certeza de que ya todo está bien con solo haberme escuchado.

Hoy quiero agradecerte Mami, no porque me diste todo lo que necesitaba, sino porque me enseñaste a valorar lo que tenía. No por llenarme de palabras bonitas, sino porque me enseñaste a ver en cada sonrisa, en cada mirada, en cada palabra, el amor implícito en cada una de ellas. No por llorar conmigo en mis momentos difíciles sino por  enseñarme que más allá del llanto se necesitan soluciones. No por ocultar mis errores (¡tengo tantos!), sino por enseñarme a reconocerlos y enmendarlos. No por resolver mis problemas, sino por enseñarme que la responsabilidad de su solución era solo mía. Gracias Madre, porque gracias a tu ejemplo, aprendí que el trabajo no es un castigo sino una bendición cuando se hace con amor por los seres que queremos, incluyéndonos a nosotros mismos.

Gracias a ti aprendí que los hijos no son de nuestra propiedad, que un día ellos necesitan hacer su vida, y no por ello se deja de ser Madre. Una vez mas quiero decirte "Te amo, Madre", no es porque hoy es un día especial (de hecho, no lo es), sino porque así lo he sentido todos los días de mi vida, y lo seguiré sintiendo mas allá de la eternidad…
Sigo sintiendo tu ternura de madre con la certeza de que es más intensa que antes. Me sigues dando “pellizcos” de alegrías a cambio de nada. Pellizcos que se quedan grabados en el alma. Para ti no existe la rutina, no existe el daño, ni siquiera te quejas cuando sufres. Gracias madre por darme tanto amor cuando me das la mano, cuando me miras, cuando me hablas, cuando lloras...

En fin madre, quiero que sepas que eres ese rayito de luz que alumbra mi vida, tu amistad, tus abrazos, tu sonrisa, tu cariño, tu paciencia, tus consejos, tu amor y todo lo bello que esta vida tiene tú me lo has dado. Tu amor, mami, siempre es el mismo pues si soy bueno tu eres buena y cuando he sido malo tú aún sigues siendo buena. Si te rechazo, me perdonas. Si me equivoco, me corriges. Si los demás no pueden conmigo, me abres una puerta. Si estoy feliz, celebras conmigo. Si estoy triste, no sonríes hasta hacerme reír.

Eres mi amiga incondicional. Eres quien necesito, eres mi vida, mi luz, mi cielo, mi aire, mi razón de vivir, eres la persona a quien quiero más que a mi vida, esta vida que tengo gracias al amor que nació entre tú y mi papá…
Dame tiempo Madre, para poder llenar el manantial de mi alma de todos tus instantes, quiero enriquecerme contigo madre. Tengo antas palabras en mi cabeza, pero todas disformes por ser tantas la emociones que quiero expresarte. Mami, muchas gracias y solo espero tener la entereza para no decepcionarte nunca y ser digno de tu legado.

HOY LO DIGO SIN DUDA ALGUNA, TE AMO MAMÁ... ERES LA CULPABLE DE TODO LO QUE SOY, Y TE PUEDO GARANTIZAR QUE HICISTE UN GRAN TRABAJO.
 (Sin duda alguna, detrás de un buen hombre, está una gran mujer.)

TECUAN