13.4.10

CONJETURAS SIN SENTIDO

Pasan los días y me sigo preguntando, ¿qué pasaría si estuvieras aquí conmigo? A qué olería el viento y cuál sería el sonido de tu voz... Qué sentiría en el cuello cuando me susurraras al oído
y de qué color serían tus besos.

¿De qué sabor serían tus lágrimas si lloraras tú también por mí?

Cuando sabes que algo termina siempre te queda la boca amarga, queda ese extraño sabor a incertidumbre, a dolor, a desesperanza, desasosiego mezclado con lagrimas saladas y nocturnas. Ya no espero tu regreso, es una utopía que se que me traerá más mal que bien y lo sé, me di cuenta de todo el mal que me hacía a mí mismo, quererte, amarte, desearte cerca de mí a cada segundo, nadie puede culparme por ser masoquista... nadie puede culparme por estar lamiendo mi paladar y disfrutar segundo a segundo el sabor amargo de tu adiós...

La vida me sabe simple. Pasas por mi ventana sin detenerte. Miras alrededor y no me encuentras. Te necesito. Me encantaba amarte, manejar hasta tu casa, dar vuelta en aquella desviación, subir las escaleras hasta tu cuarto. Quitarme los zapatos. Tocarte el cabello, revolverlo, hacerlo junto con tu cabeza. Morderte el labio. Seguir con tu cuello, con tus pechos, con las orejas, con los bordes de tu cintura.

Me faltan tus palabras. Tus te quiero salidos del alma. Robaste la mía. Le hiciste el amor, la sedujiste, me tenías fascinado, enamorado, inquieto. Te necesito, me haces falta. Que leas en las noches mis textos. Susurres mis fantasías, dejar que mire tus ojos y saber que las hacemos, las destruimos, las reinventamos. Me inspira tu silueta por la ventana que se diluye, me inspira, que sepa que te besaré como si fuese la primera que me inspira. Que me hables y me dejes cartas regadas con fotos de anoche me enloquece. Que me pidas más me mata. Usando la playera que sólo te ponías para que la quitara de tus hombros me excita.

Me vuelvo loco. Se me antojan menos las películas, recuerdo tu voz y me acorruco en tus recuerdos, en tus pechos que tanto he besado y admirado. En tu ropa que me dejas arrancarla, en la mía que tanto te cuesta arrugar porque odias que no me guste y -con maldad- me la ponga cuando salimos y sin pensarlo sabíamos que regresaríamos a casa para hacernos el amor.

Te escribo. Como ahora, como siempre, como la primera vez que te vi y fue la primera vez que nos conocimos. Recuerdo tu endiablada inteligencia y las noches donde no dejabas de pedirme que leyera algo, y salía, no inventaba nada, me dejaba llevar, cerrábamos lo ojos y viajábamos como ahora lo hemos hecho. Así como me decias en las noches: “Lo que tú quieras- whatever that makes you happy, whatever you want (you are so fuckin special!)”.

No me gustan las estrellas ni la luz que llena la silla donde hicimos el amor. Odio cenar solo y no escuchar tu voz que me cuenta sobre su día. He aprendido a saborear el chocolate en mis labios y no en los tuyos, en tus piernas, en tus senos y tu ombligo.

No termino un maldito libro. Camino por las calles del centro esperando tu mano, escuchar que me preguntes sobre algo, que me digas por dónde caminar para llegar. Mirar cómo te pruebas los sombreros y alejarnos de las peleas. Compartir un limón, un atardecer, miles de noches y días en la cama hasta muy tarde.

Extraño tu voz, tu risa que insulta algún tipejo que arruinó tu día, el don de los cincuenta y tantos años que te dice nena y pregunta si en verdad eres tan conflictiva. Construyo avioncitos de papel para viajar y no poder estrellarnos nunca. Tacho el calendario contando los días para tu cumpleaños, para los días en que volverás y que nadie pueda interrumpirme al tener esos labios cerca que me enloquecen.

Sufro por no pasar la noche junto a ti. Que me hayas dicho que soy tu contraparte cósmica, que mi cuerpo llena al tuyo como ensamblaje de rompecabezas y a la vez busques el calor de otros brazos, sufro… en verdad, sufro. Chuleabas mi cuerpo, mi sexo, mi cabello y eso me hacia excitar. Ahora me hace imaginar tu sexo con el mío, caliente. Frotándose y húmedos. Sudamos, nos besamos y pedimos nunca dejarnos solos, lloramos por la distancia, nos hacemos fuertes y nadie se quiere venir, queremos darnos lo mejor. No aguantamos más y estallamos al unísono, me tiemblan las piernas, te da mucha sed y nos miramos ardientes, sabemos a sal.

Abrazo la almohada y delineo tu figura en mi cama. Mido la distancia de mi cuerpo al tuyo, de mi pierna sobre tu cadera, de mis rodillas a tus labios, de mi cintura a tus pechos. De mis labios a tu oreja y de mis sueños a tu alma. Así como contaste los besos y mordidas que tenías que darme para completar mi cuerpo entero yo medí el eco de mi voz que entraba por tu oído y llegaba hasta tu corazón.

Te escribo de nuevo. Me inspiraba tu deseo de vivir conmigo, de despertar contigo y desayunar mirando los diarios, las revistas de chismes, al pendejo de Televisa que nuevamente la había cagado. Planear el día completo para que en la cama tu cabello y tu cuerpo me convencieran de no levantarme jamás. De no salir y mirar documentales mientras me lees un libro y yo trato de hacer lo mismo. De mirarte maquillar y escuchar el ruido de tu secadora que endemoniadamente pone tu cabello muy sensual.

Te pedí que no me preguntaras todo lo que había vivido. No fue por guardar secretos, sino porque finalmente sentí haber dejado atrás toda esa tristeza, la confusión y el corazón roto.

Tuve momentos gratos, sí, pero la tormenta se lo tragó todo, dejándome solo, en un estado de devastación, sin saber siquiera porqué merecía tanto desprecio, porqué me quedaba solo una hilacha de dignidad. Pero llegaste tu y la perspectiva cambio por completo. Si bien dicen que el matrimonio es malo, que no sirve, yo digo que simplemente me equivoqué. Era joven y tú también. Tú entiendes. No es que no pueda hablar de ello, sino que aunque ha pasado tanto tiempo el recuerdo maldito se queda conmigo.

El día que te encontré ahí, casi por accidente, quise no quererte. Pensé en tus ojos, en tu experiencia, en tu plática que me tenía ensimismado, y hubiera preferido no seguirte, por las calles tan de madrugada, pero no lo pude evitar. Y luego me buscaste, trataste de coincidir conmigo y yo no pude más que huir, como huyen los animales asustadizos, nerviosos.

Estoy cansado de estar solo ¿sabes? Se me antoja tanto la vida a tu lado, entre libros viejos, películas y tazas de café, dormir entre tus brazos. Se me antojan esos viajes que soñé a tu lado. Se me antojan los bares, pero también se me antoja el hogar, la privacidad y la complicidad de una cama para dos, platicar, y leerte mis poemas para sentir que me quieres y poder -al fin- verte a los ojos y decirte lo que siento por ti, y que puedas sentir como se agitan todos los sentimientos en mi pecho cuando te me acercas.

Es fácil escribirte esto, ahora que no estás.
Cuando te vea, me será más fácil fumar todos los cigarros que no he fumado desde los 16 años y no podré decirte nada.

Quise tomar un libro y comenzar a leerlo. Me levanté muy temprano, las calles se recorrían rápido, los árboles olían a ti. El agua y el sol nunca se mezclaron, el frío y el caminar lento me recordaban esas palabras: “el hacer algo de mi vida”. No me molesta estar pensando todo el día en ti. Me gusta disfrutar las horas pensándote. Regresé al gimnasio y todos los espejos me enfocaban la gordura que adquirí los últimos años.

En ocasiones, sólo quiero escribirte en las hojas que algún día acomodé al lado de la computadora, que ordené esperando algún momento especial. La pluma que a veces me traiciona y me deja los dedos manchados de tinta.

Una raya que inunda mi cabeza de sueños, de muebles y gatos. De libreros y películas extrañas. No me digas que me acostumbre a estar lejos de ti, no me digas que en lugar de pensar en ti me dedique a ser feliz. No me digas que me acostumbre a tu lejanía.

Ahora, miro algunos libros mal acomodados y todos me llevan a ti. Debo confesar que me hace falta mucho mi otra mitad, mi rompecabezas, la otra parte perfecta de mí.

Estoy seguro respecto a lo que quiero hacer, vivir contigo, mirar muebles en el centro. Juntar todos nuestros libros, ordenar las películas preferidas mientras me sonrojo con las fotos que tomaste todas las noches que nos vimos, ¿recuerdas?

Ya no se qué pasa ni porque, no puedo tampoco describir lo que siento…

Una amiga lo llamo “nostalgia” yo solo sé que cada vez me resulta más difícil respirar y en este momento solo quiero dormir, dormir porque es lo más parecido que tengo ahora a la muerte, quiero morir entonces un rato y volver a la vida antes de que los gusanos y yo seamos uno mismo. Y estos pensamientos me recuerdan todas esas veces que tu también, solo querías dormir, pensabas también en morir… morir por dentro, Que estúpido fui, nunca pude entender y solo te entregue a otros labios, otros brazos, otra voz, otras caricias…

Quiero dejar de pensar un rato, dejar de pensar en el presente, en el futuro inmediato, en el “futuro, futuro”, en la gente que no he visto y quiero ver, en la gente que estaba y ahora parece no estar, en los lugares en los que quiero estar, en las cosas que quiero oír y de quien las quiero escuchar…

Quiero que mi vida deje de costar tanto, tanto tiempo, tanto esfuerzo, tanta “nostalgia”, para mí y para ellos, los que “me quieren”. Ya no quiero que sufras por mí, ¿me escuchaste?

Deseo estar a tu lado un día completo, otra vez sintiendo tus dedos entre mis cabellos…

Como antes… como siempre que hace frio y te atraigo a mi mente, cuando me pedias que te abrazara y no dejara de hacerlo.

No pude seguir el juego simplemente porque hoy, después de que me ayudaste a despertar y voltear mis ojos hacia afuera, empecé otra vez a conocer lo que está a mi alrededor, vi por primera vez el sol y me di cuenta de que todavía falta, faltan mas lagrimas, falta más aire, falta más alimento, porque me faltas mas tu y también ellos, porque ustedes son yo y me pertenecen tanto como yo a ustedes, como ellos a mí, yo a ellos y ellos a esto.

- Yo te dije alguna vez que yo dejaría todo y a todos por ti y sin pedir nada, es verdad, sigue siendo de ese modo, te esperare siempre que quieras volver y estaré feliz de recibirte con mis brazos y mi corazón abiertos, para que entres porque en realidad nunca has salido ni saldrás de ahí, para que vivas en mis pestañas no necesitas más que pedirlo y comeremos todos los días perseverancia y beberemos paciencia. Esperaré a que estés a mi lado solo para mirarte a los ojos, para decirte lo importante que eres para mí y dejarte claro que mi amor va mas allá de tiempo y distancia, no necesitas decir nada, solo por existir mereces todo lo que yo pueda darte y hasta lo que no pueda, eres lo que me motiva a hacer posible lo imposible y eres quien mueve mi piso cada vez que dices “hola”… eres quien me movería el mundo entero si decidieras decirme algún día “adiós”, eres las gracias que disfruto mas, eres la sinceridad que busco en las calles, eres el desvelo que mas disfruto, eres el recuerdo de la lluvia y el amanecer en la cama juntos platicando, eres quien me impide cerrar los ojos y quien cuando me lo permite es solo para colarse en mi memoria, eres quien borra mis defectos y cree en lo que este saco de basura puede llegar a ser, eres la canción que no he escuchado, la flor que se que vendrá, el silencio que mas espero, el beso que no se borra de mis labios, el atardecer triste, la llamada inesperada, el baño hirviendo, la cama revuelta, eres la luz que no se extingue… el soplo de vida que me despierta. Eres indudablemente el mejor recuerdo y el mejor futuro que pudiera alguna vez imaginar… espero que lo comprendas… eres simplemente quien no duele.

- Tú me dijiste que yo entiendo las cosas a mi conveniencia, y tu conveniencia está muy alejada de la mía, pero ¿y tú? Dime, después de leer esto, que haces ahí… aún sin llamarme, sin salir a buscarme…

Espero sentir tu lengua recorriendo mi pecho,
Espero sentir tu cabello entre mis dedos,
Sentir tus uñas en mi espalda,
Tus dientes en mi hombro,
El agua quemando nuestros cuerpos,
Escuchar aquellos susurros en la oscuridad, temiendo ser descubiertos…
Las risas ahogadas,
Los ojos en blanco,
Mi aliento en tu oreja,
Nuestras piernas enlazadas,
Mis brazos en tu cuello, tus manos alrededor de mi cuerpo,
Tus dedos en mi cara,
Nuestro sudor uniendo los cuerpos,
Los cuerpos enredándose en las sabanas húmedas…

Solo espero eso… volver a sentir el calor de tu boca en la mía,

Espero, espero eso y mientras pasa; solo queda recordar…

4 comentarios:

  1. Anónimo13.4.10

    Just 2 words... So sad!
    Not just 4 u, but for me as well.
    Luv ya'

    *gmc

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  2. Anónimo13.4.10

    Just 2 words... So sad!
    Not just 4 u, but for me as well.
    Luv ya'

    *gmc

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  3. Anónimo13.4.10

    bai de wei, & after reading... Not in the mood for posting more comments... Sorry
    y si soy bien mamona y posteo asi xq al menos asi no se nota tanto lo q senti con estas palabras q ni siqueiira son para mi, pero ya comprendo mas lo q sientes! Lo q debias saber ya te lo escribi x correo.

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  4. Anónimo3.6.10

    Hermoso homenaje al amor, el que no se pierde y nunca muere, bella poesía a la vida y a los sentimientos, me agradan tus letras, y tu historia, se me ha puesto la piel de gallina al leerlo, con eso te digo todo. Cuando describías cómo latía el corazón, el mío también lo hacía. Muy sentido, se nota que estás transmitiendo algo sincero.

    Nimue

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